Hasta este martes, Pau Gasol había estado más bien discreto en la preparación de la Selección, con los minutos racionados, a medio gas. Pero en la segunda cita ante la débil Macedonia —todo hay que decirlo—, el de los Bulls se desmelenó y sacó a relucir el repertorio que le ha convertido en uno de los mejores interiores del mundo, para disfrute del afortunado público de Logroño. En poco más de 7 minutos ya había anotado 16 puntos y capturado seis rebotes con un solo fallo en los lanzamientos. Terminó la sexta pachanga de la gira de España con 26 y 16, más una asistencia y un tapón: 41 de valoración. Casi nada.

Fue la mejor noticia para Sergio Scariolo al margen de otra cómoda victoria ante un rival que volvió a ser un sparring encajador de primer orden, pese a sus intentos de dificultar las rápidas transiciones de la Selección. Y lo consiguió a ratos, pero al taparse la cabeza los pies se le quedaron al fresco por culpa de la insistencia machacona de España en busca de Pau, ya fuera con pick&rolls, puertas atrás, contraataques o de forma directa.

Por lo demás, el seleccionador probó cambios defensivos, presión en toda la pista y otras variantes que le permitió la debilidad del equipo balcánico en lo que fue un entrenamiento con árbitros. Tras un primer cuarto de parecida factura al que se había visto el pasado sábado en el Madrid Arena (27-15), con la explosión de Gasol, España dejó finiquitada la papeleta al descanso (45-25). El resto ya sobró.

Mirotic volvió a agradar, igual que Willy Hernangómez, frenado un poco por sus tres rápidas faltas. Y San Emeterio se soltó en ataque (15 tantos con 5/7 en tiros de campo), ante el bajón de Rudy (0/4 en triples).

Problemas. Pero no todo fue idílico para la Selección. Scariolo, que dio descanso a Reyes (sobrecarga en el gemelo derecho), vio como se hacía daño en los primeros minutos Pau Ribas (pierna izquierda), y como caía en el tercer cuarto Claver (rodilla derecha). En principio, las lesiones no parecen graves.