Apareció en los momentos de la verdad del España-Polonia con cinco puntos, seis rebotes y un triple en un momento crucial. ¿Qué puede decirse?­

—Hemos venido sufriendo más de lo que esperábamos, pero quizá por eso mismo el planteamiento ha sido salir a cada partido como a una final, con máxima concentración y preparado para salir a ayudar en cualquier momento. Esta vez estuve defendiendo a Waczynski,­ pero también pude ayudar en los rebotes.­

—¿Mejor de cuatro que de tres? ¿Prefiere jugar más lejos o más cerca del aro?

—En la concentración trabajé más como cuatro y en los partidos de preparación jugué más como tres. Me puedo sentir cómodo de ambas maneras, de alero alto o alero pequeño.

—Con 2,07 de altura y su buen salto vertical, no es un disparate verle bajo tableros. ¿No?

—No sé cuánto puedo tener de salto vertical. Lo midieron, pero no recuerdo. ¿Un metro? No, creo que menos. Pero sí suelo tener superioridad física contra los treses… y como cuatro puedo ayudar con esos rebotes. Dicen que puedo aportar polivalencia. Opino que es cuestión de saber ajustarse en cada momento.

—Viene Grecia…

—Será un partido igualado y nada cómodo: una final. Tienen muchos buenos jugadores y uno de ellos, Spanoulis, es capaz de romper un partido en cualquier momento.

—Se lo habrán dicho muchas veces. ¿Podría ser algo menos frío en la pista, algo más fogoso?

—Soy serio y no expreso tanto como otros. Es eso. Pero en este juego, lo importante es estar concentrado, dentro del partido y atento a cada situación. Es lo que yo creo.

—¿Se acabó cualquier planteamiento de jugar en la NBA?

—De momento, la NBA es una etapa cerrada. Ya corro otros caminos. Como ve, ahora he escogido seguir en Rusia: en el Lokomotiv Kuban.