Lo más jóvenes quizá no lo recuerden, pero el pívot Nate Huffman de 2,12 metros fue uno de los jugadores más determinantes en Europa a finales del siglo pasado y principios de este. Ahora, con apenas 40 años, ha hecho público en una entrevista en la televisión israelí Sport 5 que padece un cáncer de muy difícil curación. De hecho, con una entereza que llega al corazón asegura que el desenlace es “inevitable”. Huffman cuenta que tiene los riñones y el hígado afectados, y posiblemente también los huesos de la espalda. Y explica que las dificultades para orinar le obligan a ir al baño treinta veces al día. En seguida, uno de sus exequipos, el Maccabi, le envió a través de las redes sociales un mensaje de ánimo en su batalla contra la enfermedad: “Aguanta chico grande”. Y añadía: “Es uno de nuestros mejores jugadores de siempre”.

También el Fuenlabrada le transmitió su apoyo. Fue el club que con buen ojo le trajo a Europa en 1998 cuando nadie pensaba en él para la élite. Meses después estaba ya en boca de todos, aunque sería el Maccabi quien lo fichó adelantándose al resto de equipo grandes del Viejo Continente.

En 2001 ganó la Suproliga, la Copa de Europa de la FIBA en el año de la escisión con la Euroliga, y en 2002 voló a Toronto para incorporarse a los Raptors. Para entonces ya estaba lesionado en la rodilla derecha, un problema físico que acabó retirándole del baloncesto prematuramente con solo 27 años. Dos años mas tarde intentó regresar con el Scavolini cuando Djordjevic aún vestía de corto en el equipo italiano. Lo intentó, pero no pudo.Desde aquí le mandamos todo nuestro apoyo y le deseamos que la suerte que le faltó en su carrera para esquivar aquella lesión le acompañe ahora y pueda superar esta dura enfermedad. ¡Ánimo y fuerza, Nate!