Derrick Rose sorprendió a todos con su sinceridad durante el training camp de los Chicago Bulls este lunes. "Este verano tuve una visión. Mi mente se estaba asegurando de que me ejercitara cada día y pasara tanto tiempo como me fuera posible con mi hijo. Me centraba en estas dos cosas. Mi prioridad es asegurarme que mi familia sea financieramente estable. Viendo todo ese dinero que se está repartiendo en la Liga... Simplemente digo la verdad, sé que mi final está cada vez más cerca. (El dinero) no es para mí, es para mi hijo P.J. y su futuro. Eso es en lo que estoy pensando ahora mismo". Esta fue la respuesta que dio cuando se le preguntó acerca de la acusación de violación ("es falso, voy a probar que soy inocente") que se dio a conocer el pasado mes de agosto. Cuanto menos, sorprendente. Pese a que sí lo tienen en cuenta, no es fácil encontrar a un deportista de élite que hable con esta franqueza de los temas económicos. 

Pero, ¿compartirá dicho futuro con los Bulls? "Quiero seguir aquí. Pero cuando hablas de tanto dinero, lo único que puedes hacer es prepararte para ello, no sólo para mí, sino por mi familia. Me preocupa el futuro de mi hijo pese a que ahora estemos cómodos y bien. Cuando hablas de esa cantidad de dólares, a todo el mundo se le arquean las cejas. No hay nada malo con ser precavido", explicó.

En diciembre de 2011, una vez levantado el lockout y unos meses después de ser nombrado MVP, el base renovó con los de Chicago por el máximo: 95 millones de dólares y cinco temporadas. Lo que quiere decir que tiene contrato hasta el final del curso 2016-17 (este año percibirá más de 20 millones de dólares, el mejor pagado en los de Hoiberg). No obstante, sabe que ya por entonces habrá entrado en vigor el nuevo y multimillonario contrato televisivo, lo que disparará el número de ceros en las fichas de los jugadores (como ya hemos podido comprobar este mismo verano), sobre todo en las de las superestrellas.

Y Rose tiene calidad para volver a serlo. No sólo él, sino que mucha gente lo espera pese a que en las últimas cuatro temporadas apenas ha disputado 100 partidos de liga regular. Pese a las (malditas) lesiones de rodilla se muestra seguro de sí mismo. "Sé que soy fantástico, el problema es que hay mucha gente que no lo cree. Está bien. Puedes ponerme en cualquier sitio, sé cómo jugar al baloncesto", concluyó.