Michael Jordan es, para casi todo el mundo, el mejor jugador de la historia del baloncesto (y puede que del deporte norteamericano), por lo que una comparación con él se puede considerar un tremendo halago hacia la otra persona implicada. En este caso, ese 'otro' es nada más y nada menos que Aaron Rodgers, quarterback de los Green Bay Packers ¿Está tan bien como Jordan en sus mejores años?

"Aprecio las amables palabras. No sé si la comparación es...no merezco esa comparación. Disfrutaba mucho con Michael. Era un muy fan de crío", dijo el dos veces MVP de la NFL (2011 y 2014) en declaraciones a ESPN.

No cabe duda de que Rodgers está jugando a un nivel espectacular (de ensueño) en este inicio de campaña (10 touchdowns, ninguna intercepción, más de 135 de rating y completando el 73% de sus pases), pero al escuchar una comparación con Jordan, aunque no se hable del significado histórico de ambos, es imposible no ir más allá. El '23' de los Bulls acumuló en su carrera seis anillos de la NBA y cinco premios al jugador más valioso de la competición, entre otras barbaridades. Rodgers (31 años), por su parte, ganó la Superbowl en 2011 y ha alzado en dos ocasiones el MVP. Y aún ciñendo el símil a una temporada majestuosa del de los Packers, hablamos de un tipo que con un balón naranja consiguió más de 30 puntos siete temporadas seguidas, reboteando y asistiendo al mismo tiempo (casi siempre por encima de los cinco rechaces y los mismos pases de canasta) y todo eso con más de un 50% de acierto en los tiros (en cinco de esos siete años).

Como dice el QB, Jordan es mucho Jordan.