La guerra de los mundos vivirá esta noche una nueva batalla en el Barclaycard­ Center de Madrid, el Palacio de toda la vida. Un duelo más, pero no uno cualquiera. El equipo con mejor palmarés allende el Atlántico,en una NBA que a fuerza de exportar jugadores cada vez sentimos más nuestra, frente al que lidera el historial de la Euroliga como alumno destacado del universo FIBA. Un Boston­ Celtics­-Real Madrid 27 años después del primer y único cruce en el camino entre ambos gigantes. Podríamos hablar incluso de una Intercontinental de todos los tiempos, nos lo permiten los 17 anillos de campeón de los verdes y las nueve Copas de Europa y cinco Intercontinentales de los blancos.

Será, además, el vigesimoprimer choque entre un club español y una franquicia NBA: balance de 5-15. Y el séptimo desafío para el Madrid, cuarto en el Palacio. Su único triunfo llegó en 2007, el día en el que Llull­, aún con 19 años, tiró la puerta a patadas. Anotó 17 puntos, que unidos a los 27 de Bullock y a los 18 de la Araña Smith, noquearon a los Raptors­. Hoy, Llull vuelve a casa tres meses después de decirle no a los Houston Rockets.

No tendrá fácil el Madrid repetir hazaña. El escolta celtic Avery Bradley­ aún recuerda el tremendo enfado de Kevin Garnett­ y Paul Pierce cuando tropezaron hace tres años en Estambul con el Fenerbahçe. Esta vez se han tomado la gira europea muy en serio (91-124 el martes en Milán). “Para nosotros será como un partido de temporada”, asegura Sullinger.

En estos Celtics no hay ningún Larry Bird ni ningún McHale­, pero el curso pasado se colaron en el playoff y el bloque es de los de sinergia, ya saben, mucho más como grupo que como suma de individualidades. No le quiten ojo, eso sí, al bajito (1,75 m) pero eléctrico Isaiah Thomas (su padre le puso ese nombre, como el histórico Isiah de los Pistons pero añadiendo una a, tras perder una apuesta). Y más difícil aún para el Madrid con la baja segura de todo un atleta como Taylor y la muy probable de Rudy. El otro fichaje blanco, Thompkins, no renuncia sin embargo a fanfarronear con humor: “Era de los Celtics por Garnett y tengo amigos allí; pero quiero darles un paliza”.