REAL MADRID 82 - VALENCIA 88

Hamilton y Dubljevic le hacen un roto al Madrid en su cancha

El estadounidense sumó 26 puntos y 29 de valoración y el montenegrino, 21 y 22. Ayón y Rudy, los mejores de un equipo blanco lento de mente y flojo en defensa.

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ACB

El estreno del curso en pista del campeón, la gran victoria del Valencia, confirmó varios indicios de la pretemporada. El primero, que los de Pedro Martínez pisan fuerte. Buen perímetro y buenos bases en ausencia aún de Diot y un juego interior soberbio. La pareja que forman Justin Hamilton y Dubljevic es un escándalo (47 puntos y 51 de valoración entre ambos para abrir la Liga).

La segunda señal ratificada es que el Madrid está fuera de punto, muy fuera, y le costará cogerlo (sexta derrota en ocho partidos entre amistosos, Celtics, Intercontinental y demás). Los traspiés y la situación no dan para pedir auxilio ni encender alarmas, pero se avecinan turbulencias (el viernes, estreno en la Euroliga ante el Khimki) y tendrá que saber sobrevolarlas. Quizá su principal carencia es la de otro center fajador en la pintura que acompañe a Ayón (corre riesgo de ser exprimido) y a Reyes. Augusto Lima está fichado y vendrá en enero, aunque hasta entonces quedan tres meses y la sombra de Slaughter es alargada. La baja de Taylor, defensor muy físico, tampoco ayuda. Pero como ni la Liga ni la Euroliga se deciden ahora, octubre es más un mes de cimientos. Los que empiezan a fraguar en el Valencia y aún andan tiernos en el Real. Y de paciencia y visión a largo plazo.

En la primera parte el Madrid sorprendió dos veces. Primero por su magnífica puesta en escena: muy intenso e incisivo para los estándares de sus duelos previos. Con los pívots, además, de protagonistas. Así, Ayón se disparaba hasta los 10 tantos y Thompkins añadía cuatro con dos acciones de clase insondable al poste. Poquitos pívots recordamos con semejante talento de movimiento y tiro. En algunos gestos recuerda a Ricky Brown, el héroe de la Recopa 92.

Ese acelerón inicial (18-9) desfondó a los blancos, más lentos incluso de mente (los fallos en los tiros libres, 14 de 22, el mejor ejemplo) que de piernas. El Real se paró atrás, se olvidó de las ayudas defensivas. Llegaba siempre décimas tarde, a remolque de los de naranja, que abrieron una autopista de peaje para Hamilton y Dubljevic. Ahora yo, ahora tú, ahora un triple (dos por barba), ahora una continuación y un mate…

El Valencia anotó 28 puntos en el segundo cuarto (37-45) y contaba diez de ventaja en el cruce con el minuto 26: 48-58. Herido el Madrid pero no muerto. No aún. Entre Rudy, siempre referente defensivo y brillante en el pase, Reyes y un triple de Sergio Rodríguez, la tortilla saltaba en la sartén: 62-60. ¿Otra reacción del campeón?, se preguntaba la grada tras celebrar la Liga y la Intercontinental. Sí, pero no. Quedó a medias. A los interiores y a Rafa Martínez se les unió San Emeterio, otro fichaje atinado, para matar el partido. Valencia, Unicaja y Baskonia chillan ya contra la Liga bipolar. A ver qué pasa.