La NBA se encamina al final de la pretemporada y los equipos apuran al máximo para recuperar a todos sus jugadores lesionados antes del gran día. Y entre esos inactivos, hoy destacan dos nombres por encima del resto: Derrick Rose y Kristaps Porzingis.

El base de los Chicago Bulls sigue su recuperación de la fractura del orbital izquierdo que sufrió hace 14 días y este lunes se reincorporó a los entrenamientos del equipo, días antes de lo esperado por su entrenador, Fred Hoiberg, aunque aún no tiene el visto bueno de los doctores para ejercitarse sin limitaciones. "Fue genial verlo. Todavía tiene algo de visión borrosa en el ojo. Lo tiene muy hinchado, pero ha avanzado bastante desde que lo viera hace una semana", comentó un técnico que espera contar con Noah (problemas en la rodilla) para la madrugada del miércoles frente a los Detroit Pistons y a Taj Gibson (tobillo) para la madrugada del lunes ante los Charlotte Hornets.

Porzingis inquieta a los Knicks

Con más cautela tratan en Nueva York los problemas físicos de Kristaps Porzingis. El número cuatro del pasado draft no pudo estar en la victoria de esta noche de los Knicks ante los Sixers (94-88 con 4 puntos de Calderón) por una dolencia en el cuádriceps izquierdo. "Estamos siendo cautelosos, pero no es tan grave. En pocos días voy a estar bien", manifestó el ala-pívot letón. 

El problema no es esta dolencia en sí, sino que ya son tres las que suma el jugador de 20 años durante un verano donde ha ganado peso y fuerza para soportar los rigores de una temporada NBA. Sus lesiones despiertan cierta inquietud en el entrenador de los Knicks. "Hay algo que tenemos que tratar de averiguar para asegurarnos que podemos limitar las lesiones y los contratiempos. Lo resolveremos", subrayó Derek Fisher.