WNBA

Anna Cruz, campeona WNBA

Anna Cruz, campeona de la WNBA con las Minnesota Lynx. Se convierte en la segunda española que gana un anillo después de Amaya Valdemoro.

0

Con un Target Center a rebosar y con Prince como artista invitado, las Minnesota Lynx no podían fallar en el quinto y definitivo partido de las Finales de la WNBA. Y no lo hicieron. El equipo de la española Anna Cruz conquistó su tercer anillo en los últimos cinco años ante las Fever (69-52, 3-2 en la serie) de una portentosa Tamika Catchings (18 puntos, 15,2 y 6,2 rebotes en estos playoffs por el título) y se tomaron la revancha de 2012, cuando cayeron en esa misma última ronda ante las de Indiana. "No fue un año perfecto, ni una serie perfecta o un partido perfecto. Pero somos campeonas", señaló Maya Moore, la pupila de Lucas Mondelo en los Shanxi Xing Rui Flame de la liga China. Allí, la estadounidense también fue campeona.

Con este triunfo, las Lynx cosechan los mismos títulos que las Phoenix Mercury de Marta Xargay y las Detroit Shock, y se quedan a uno de las Houston Comets, donde Amaya Valdemoro logró tres (1998, 99 y 2000). Ahora, la exjugadora y Cruz comparten el merecido privilegio de ser las únicas españolas en lucir el anillo de campeonas de la WNBA. La lince hispana sumó 5 puntos, 4 rebotes y 1 asistencia en 20 minutos. Con ella en el campo, las vigentes dominadoras del baloncesto de EE UU alcanzaron un +14, un +/- solo superado por Seimone Augustus y la MVP de las Finales, Sylvia Fowles (20 tantos y 11 rebotes). 

Este tercer campeonato es, de lejos, el más difícil conseguido por unas Lynx que acabaron con lágrimas en los ojos, bañadas en champán y alabadas por los 18.933 aficionados que no pararon ni un segundo de agitar los pañuelos blancos para animar a las suyas. La defensa asfixiante puesta en marcha por Cheryl Reeve fue la clave. Las Fever se enmarañaron en las ordenadas líneas establecidas por unas Lynx ansiosas de ganar su primer título ante su público (los dos anteriores se levantaron en Atlanta). Las de Indiana cometieron 21 pérdidas y solo alcanzaron el 35% en tiros de campo. "Solo jugaron mejor que nosotras en todos los sentidos. Se veía a un equipo con una misión y jugaron para ello", se lamentó Stephanie White, la entrenadora de unas subcampeonas que vieron como el encuentro se les escapaba al finalizar el tercer cuarto (48-29) y que se les ponía imposible al comienzo del último, gracias a un triple de Cruz.