Se enfrentaban dos de los equipos más jóvenes y con mayor talento de la Liga. Si no ocurren complicaciones, los Timberwolves y Bucks deberían pasar a formar parte de la élite de la NBA en un futuro no muy lejano. Basta con echar un vistazo a sus plantillas (y a su media de edad) para darnos cuenta. Esta pasada madrugada, en la cancha de la Universidad de Wisconsin, el triunfo fue a parar a manos de Milwaukee, precisamente el equipo más rodado y hecho a día de hoy. Hasta el descanso se llegó con el marcador igualado (52-50), pero en el tercer cuarto Carter-Williams pegó un acelerón con 11 tantos que lideraron un parcial total de 35-17. Fin del partido. El último periodo fue totalmente intrascendente.

Minnesota acabó pagando muy caro su desafortunado día en el lanzamiento, donde registró un paupérrimo 32,9% en tiros de campo. Y, por extraño que pueda parecer, Ricky Rubio no desentonó en esta faceta. El base, que hoy miércoles día 21 celebra su 25 cumpleaños, volvió a anotar (8 puntos) tras quedarse en blanco el día de su regreso al registrar un 3/6 en tiros de campo. Como su equipo fue de más a menos. Repartió 3 asistencias y peridó 4 balones. Andrew Wiggins empezó muy bien pero cabó desapareciendo. Los mejores lobos salieron desde el banquillo: Dieng (15 puntos) y un Muhammad (18) que sigue reclamando un mayor protagonismo.

Por su parte, en los Bucks sí que respondieron todos los titulares con excepción de O.J. Mayo. El resto superó la decena de puntos, destacando los 17 de Middleton y los 12 de Antetokounmpo. El griego, pese a que tiene aún un largo recorrido por completar para confirmar las enormes exopectativas que pesan sobre su cabeza, dejó pinceladas de lo que puede ser: mates, tapones y carácter. No se amilanó ni ante el mismísimo Kevin Garnett.