El asunto comenzó a principios del mes de octubre. Matt Barnes dejó la concentración de los Memphis Grizzlies y se dirigió frenéticamente a la casa de su exmujer, Gloria Govan, a 150 kilómetros de distancia. ¿El problema? El exjugador y ahora entrenador de los New York Knicks, Derek Fisher, había comenzado una relación sentimental con ella y se encontraba en su residencia, y él no podía aceptarlo.

Según una fuente del New York Post, hubo pelea y aunque ninguno de los dos salió con más que unos rasguños, el incidente (investigado por la NBA) provocó y provoca mofas por parte de los aficionados rivales sobre Barnes. Así, durante el encuentro que enfrentó a su equipo contra los Pacers, los hinchas de Indiana corearon el nombre de Fisher cuando alero lanzaba unos tiros libres.