Increíble. El Amway Center de Orlando vivió uno de los encuentros de la temporada, uno de esos partidos que enganchan: muchísimos puntos, tiros imposibles, prórrogas, superestrellas a su mejor nivel... Los Thunder fueron por detrás durante todo el choque (hasta de 18) y parecía que los Magic lo tenía ganado. Nada más lejos de la realidad. Quedaba toda la fiesta. Una fiesta de locos; de infarto.

Iba tres arriba Orlando cuando Kevin Durant dijo basta: el '35', que recordó al MVP 2014, clavó un triple a segundos del final que empataba el partido. ¿Prórroga? Aún había más (esto acababa de empezar). Victor Oladipo (camino del estrellato, triple-doble incluido: 21-13-10), con un step-back que podría haber firmado James Harden (o incluso Kobe Bryant), vio como su tiro de tres puntos devolvía el liderato a unos Magic cuyos aficionados se volvían locos antes de tiempo. Tres segundos es un mundo cuando te llamas Russell Westbrook. El base se plantó a diez-once metros de la canasta rival y su lanzamiento golpeo la tabla antes de entrar... Más madera (los 42 puntos en el cuarto cuarto son un récord de los Thunder). Y los locales aún tuvieron otra oportunidad a siete décimas del final, pero el intento de alley oop desde la banda no salió como ellos hubieran querido: ahora sí, el reloj marcaba los cuatro ceros, prórroga.

El primer tiempo extra parecía sentenciado a menos de dos minutos y con los Thunder cinco arriba y posesión, pero cuatro tiros libres metieron a los locales en el partido. Westbrook anotó a ocho segundos del final para poner el más tres. Tampoco acabaría aquí. Oladipo se volvió a vestir de superhéroe: triplazo sobre la bocina. Locura en Orlando (parte 2) y segunda prórroga en camino.

Al final fueron los Magic los que se quedaron sin duende. Tres abajo, como en la primera, esta vez ni siquiera fueron capaces de sacar un tiro. Los Thunder se llevaban uno de los partidos más atractivos de la temporada. Westbrook acabó con 48 puntos, Durant con 43 y cuatro Magic por encima de los 20. Increíble. De locos. Tanto que la genial primera parte de Vucevic (18 puntos, 9-9 en tiros) pasa desapercibida. Una fiesta del baloncesto.