Los Clippers ganaron a los Suns mirando de reojo al próximo partido, otro duelo del Pacífico aunque con mucho más cartel: mañana miércoles se van a Oakland para reabrir la rivalidad más cruda que ha dado la NBA en los últimos años. Warriors y Clippers se medirán en el Oracle al galope: los dos están 4-0. Los de la Bahía con un baloncesto estratosférico, los de L.A. todavía a un paso de su mejor versión pero, un año más, a muy buen nivel y en su primer 4-0 para abrir curso en ocho años. “Ya veremos, cuando juegas da igual de cuánto hayas ganado los partidos anteriores. Es obvio que son los campeones así que ya veremos”, dijo Doc Rivers tras quitarse de delante a unos Suns muy serios y muy molestos, un equipo que no va a ser de los reciba muchas palizas a lo largo de la temporada.

Esos Suns, un bloque hecho con sentido y que peleará por el octavo puesto del Oeste si las cosas no se le dan especialmente mal, tuvo una buena reacción en un tercer cuarto en el que pasó de perder 58-44 a ganar 65-66 tras triple de Markieff Morris. Después, los Clippers pusieron el partido a buen recaudo gracias sobre todo a los triples de Redick, Pierce, Johnson y ese extraño elemento llamado Josh Smith, que metió dos antes de cerrar ese tercer parcial.

Morris y Brandon Knight fallaron en los últimos minutos y Blake Griffin y Chris Paul redondearon un triunfo trabajado en el que, otra vez, el ala-pívot fue el mejor (22 puntos, 10 rebotes). Chris Paul terminó con 17 puntos y 5 asistencias y DeAndre Jordan con sólo 7 puntos y 9 rebotes. En los Suns, Bledsoe no fue decisivo ante su exequipo (16 puntos, 7 asistencias) y Knight falló demasiado (4/20, 12 puntos). Así que los mejores estuvieron en el frontcourt: 19 puntos y 8 rebotes de Morris y 14+17 de Chandler.