Los San Antonio Spurs tuvieron la prórroga en el bolsillo durante unos segundos, pero un genial Bradley Beal contestó al primer triple de la temporada de Tony Parker con otra bomba que decidió el partido en el último segundo. ¡Qué backcourt tienen los Wizards!

Hay jugadores que llegan a la NBA listos para brillar y otros a los que les hacen falta unos años, muchos partidos, para aclimatarse al juego y entender cómo aprovechar al máximo sus cualidades. Ese es el caso de Bradley Beal. El escolta de los Washington Wizards, número tres del Draft de 2012 (el de Anthony Davis), empezó su carrera siendo importante (casi 14 puntos de media), pero muy lejos de la estrella en la que se ha convertido. En su segundo año se fue hasta los 17, pero en tercero bajó sus prestaciones hasta los 15 (nunca superando la barrera del 43% en tiros de campo). Ahora es otro jugador. Ha dado el gran salto. 

Los playoffs 2015 fueron el aviso definitivo (ya había estado muy bien en los de 2014). Diez partidos jugaron los de la capital hasta que los Hawks dijeron basta (seis victorias, 4-0 a Toronto, y cuatro derrotas), y Beal, con 21 años en ese momento (ahora 22), logró unos promedios de 23,4 puntos, 5,5 rebotes y 4,6 asistencias: estaba listo para ser estrella.

Ayer recibió con tres segundos en el reloj, el partido empatado a 99, y desplazó tres metros con una finta a un LaMarcus Aldridge que se quedó con él tras bloqueo sin balón de Gortat (Leonard se quedó). Lo demás estaba hecho. Armó el brazo y ejecutó a los de Popovich. Otra vez 25 puntos (los que anota de media este año) y otra vez con un 50% en tiros de campo (está en un 47% este curso). Wall (17+13) es el jefe, pero Beal ("Solo soy yo siendo quien soy", dijo tras el partido) es la mejor arma de estos Wizards que quieren ser una alternativa en el Este. Mención especial merecen también Otto Porter Jr y sus 19 puntos (8-10 en tiros).

En los Spurs, un Aldridge que no acaba de arrancar (10 puntos, 28% en los tiros) y los de siempre, sumando récords: Duncan jugó su partido número 1.336 y ya es décimo que más ha disputado en la historia, y Parker, por su parte, cumplió su encuentro número 1.000 como titular.