BLAZERS 115 - GRIZZLIES 96

Nuevo fracaso de Memphis con un Marc (15) medio lesionado

Lillard y McCollum (11/17 en triples) destrozaron a los Grizzlies. Marc, con espasmos en el cuello. Memphis encaja 17 puntos por noche más que el año pasado a estas alturas.

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NBA

Nuevo y duro palo el sufrido en Portland por unos Grizzlies que continúan siendo una sombra del equipo que fueron el año pasado. Con un tercer cuarto (40-25) fabuloso de Damian Lillard (27 puntos con 7/11 en triples para el base), los Blazers dinamitaron un encuentro que acabó con un marcador final de 115-96. Poco pudo hacer Marc Gasol para evitar el naufragio de los osos. El pívot catalán, con espamos en el cuello (lucía un aparatoso vendaje cada vez que se encontraba en el banquillo), concluyó con 15 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones, si bien dicha molestia le condicionó a la hora de jugar: 4/13 en tiros. 

Quien haya seguido la evolución de los de Tennessee en los últimos años sabrá a la perfección que son un bloque eficaz y compacto, poco dado a las florituras. Si Memphis ha llegado a ser, primero con Lionel Hollins y en la actualidad con Dave Joerger, una de las potencias del salvaje Oeste es en gran medida gracias a su defensa. Precisamente la misma que ha desaparecido por completo en este arranque de curso. En estos seis primeros encuentros, han encajado 623 tantos. O lo que es lo mismo 103,8 por noche para lucir un balance de tres victorias y tres derrotas. Si existiera una máquina del tiempo que nos permitiera retroceder un año, veríamos que a estas alturas de la 2014-15, los Grizzlies lucían un inmaculado 6-0 (mejor inicio histórico de la franquicias) y para hacerles una canasta había que sudar sangre: 86,7 puntos (un total de 520) encajaron durante aquella racha. Resumiendo, a día de hoy, su defensa se encuentra entre las 10 peores de toda la Liga. En las cuatro campañas anteriores, siempre estuvieron entre las cinco mejores. Queda claro el principal problema.

Otro, y en parte ligado a la sangría en su propio aro, es el del rebote. Un nuevo síntoma que se manifestó a la perfección esta madrugada en el Moda Center: 47-36 a favor de los bisoños Blazers. Y si a esto, le sumamos que sus tres principales pilares -Conley, Randolph y Marc- no están ni de lejos a su mejor nivel (problemas físicos al margen) llegamos a comprender este discurrir por el desierto que no sabemos por dónde desembocará. Me explico. Si eres un equipo construido para controlar y marcar el ritmo de juego, desesperar y sacar de quicio al rival a partir de tu intensidad defensiva y competir con anotaciones bajas, necesitas que tus mejores y más creativos hombres tomen las riendas en la ofensiva. Pues en estos momentos, ningún miembro del Big Three de los antaño feroces osos llega a promediar 15 puntos por duelo. Remar contracorriente.

Hecho el análisis de los Grizzlies, llega el momento de descubrirse y alabar el arranque completado por los Blazers (el mismo equipo que cosechó un 1-8 ante Memphis y una eliminación en la primera ronda de los Playoffs la última campaña). Con cuatro de sus por entonces cinco titulares fuera de Portland y con un equipo joven y talentoso (pero sin ninguna presión competitiva aún), Terry Stotts está sorprendiendo a propios y extraños con el récord de 4 triunfos y dos derrotas que ahora lucen. Con Lillard, sin duda uno de los mejores bases del momento, como capitán general y con McCollum como socio (11/17 triples entre los dos esta noche para un total de 47 puntos), los Blazers han encontrado un filón en la anotación exterior. Por dentro, huérfanos de su gran referente (LaMarcus Aldridge), han reunido varias piezas que por el momento parecen ajustarse e ir creciendo con naturalidad. Mason Plumlee (8-12) aporta la garra necesaria bajo los tableros, mientras que Meyers Leonard (14-5) continúa su progresión a la par que aporta las dosis de mayor creatividad. Ambos superaron con nota una dura prueba de fuego: medirse a la dupla Randolph-Marc.

Aunque eso sí, conviene recordar lo de siempre. No es momento para sacar conclusiones definitivas cuando apenas llevamos una semana de competición. Con toda probabilidad, Portland irá perdiendo fuelle en este hipercompetitivo Oeste según transcurran los meses. Y, es de suponer, que a los Grizzlies no se les ha olvidado cómo jugar y sacar ventaja de sus habilidades. Aunque eso sí, deben ponerse las pilas desde ya. Sus tres próximos compromisos les medirán ante los Jazz y los Clippers fuera antes de recibir, atención, a los Warriors de Stephen Curry. Los mismos que hace unos días les propinaron una paliza (119-69) de dimensiones históricas. Qué mejor momento para hacer acto de presencia.