WARRIORS 119 - NUGGETS 104

Curry (34-10) sigue asombrando y los Warriors ganando todo: 6-0

Stephen acumula ya 213 puntos y 36 triples en 195 minutos. 101 tantos sumaron los titulares de Golden State, que al descanso ganaba por 74-44. Denver no bajó los brazos.

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NBA

No hay quien pueda con estos Warriors. Pese a ser arrollados desde el salto inicial, los Nuggets no bajaron los brazos en ningún momento. Un bonito ejercicio de competitividad, de amor propio. Pero nada más. A día de hoy, Golden State parece un equipo invencible (119-104 fue el resultado final ante los de Colorado). Con el 6-0 que lucen, ya han mejorado el inicio del curso pasado y firman el mejor arranque de la franquicia desde que forma parte de la Conferencia Oeste. O lo que es lo mismo, desde la temporada 1962-63: más de medio siglo. Y claro, el que sigan batiendo récords y asombrando al mundo se debe a un jugador que parece venido de otro planeta. ¿Adivinan quién? Exacto, Stephen Curry. El base continúa en un estado de forma formidable. Ante Denver firmó su quinto partido del curso alcanzando la treintena de puntos (lleva cuatro seguidos, mejor marca personal). El último que hizo algo similar en los 6 primeros encuentros fue Kobe Bryant en la 2009-10. En total, aportó 34 puntos (con 12/22 en tiros de campo), 10 asistencias (firmando así su primer doble-doble del año y el 22º 30-10 de su carrera), 7 rebotes y 3 robos de balón. Todo ello, en algo menos de 35 minutos. Cada vez resulta más complicado encontrar un calificativo para describir lo que está haciendo. Un consejo, en vez de escudriñarnos los sesos buscando el adecuado, disfrutemos simplemente viéndole jugar. Poesía pura sobre una cancha de baloncesto.

Pero antes de adentrarnos en el partido en sí, lo siento, hay que seguir hablando del actual MVP (y, en estos momentos, primer, segundo, tercer, cuarto y quinto favorito a llevarse el galardón de este año). Empecemos con los triples. Son 36 los que acumula en 6 duelos. Es decir, 8  más que los logrados por OJ Mayo entre octubre y noviembre de 2012. Una plusmarca ya pulverizada. En lo que se refiere a puntos totales anotados suma 213. Sólo Jordan en la 1989-90 (214) y 1986-87 (231) amasó más a estas alturas en las tres últimas décadas. Aunque eso sí, disputando bastantes más minutos que los 195 que ahora luce Steph. Resumamos, está promediando 35,5 puntos (con un 56,9% en tiros de campo, 51,4% en triples y 92,5% en tiros libres), 6,5 asistencias, 5,3 rebotes y 2,3 robos por tan sólo 2 balones pérdidos en 32,4 minutos.

Y ahora sí, digamos algo del encuentro. Un duelo que arrancó con los titulares de los Warriors (101 puntos fabricaron entre Curry, Thompson, Barnes, Ezeli y Green) arrasando a unos Nuggets que se agarraban a Gallinari (25 puntos para el italiano que, definitivamente, vuelve a estar a su mejor versión) para no caer despeñados. Aun así, lo hicieron: 40-23 al término del primer cuarto y 74-44 al descanso. Un escándalo. Pero entonces, tiraron de orgullo y con un estilo de juego similar (salvando las distancias) al que profesan y con el que nos enamora Golden State se mantuvieron con vida al término del tercer cuarto. Gary Harris entró en ebullición, pero la traca final de don Stephen parecía dejar las cosas resueltas a la conclusión del tercer periodo (99-75).

Todo el mundo lo pensaba. Salvo un inspirado Will Barton que con 15 puntos en este último cuarto obligó a Luke Walton (recordemos, Steve Kerrr sigue de baja) a dar entrada a sus titulares pasado ya el ecuador del mismo. Ese es el único pero que hoy podamos reprochar a los actuales campeones: el bajo rendimiento de su segunda unidad. Por decir algo, porque es muy complicado saber qué reprochar a un equipo que captura 53 rebotes (10 más que su rival), reparte 40 asistencias y cuenta en sus filas con Festus Ezeli que no para de crecer y es un espectáculo para los sentidos. Sus 16 puntos son récord personal de su aún corta carrera. Además, Draymond Green rozó el triple-doble (12-9-8) y Klay Thompson recuperó sensaciones con sus 18 tantos y un 4/8 desde más allá del arco. Con semejante arsenal de regreso en pista, Denver acabó por entregar la cuchara pese a un Jameer Nelson que por un momento nos recordó al jugador que en su día fue en Orlando. Una anécdota. Como lo fue el el tiro libre que Curry falló antes de marcharse definitivamente al banquillo mientras la grada de un Oracle absolutamentre entregado no paraba de corearle: "¡MVP, MVP, MVP!". No es para menos. Lo que está haciendo es, sencillamente, asombroso. Y que lo sigamos viendo.