KNICKS 99-LAKERS 95

Derrota y otro mal día de Kobe en su ¿despedida? del Madison

Los Lakers perdieron y Kobe firmó un 2/10 en triples en una de sus pistas favoritas, en la que quizá no vuelva a jugar. En los Knicks, mejoró Calderón y 24 puntos de Carmelo.

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Para Kobe Bryant, un partido (el partido anual) en el Madison siempre es especial porque, pase lo que pase con los Knicks (que casi siempre pasa…) el Madison es Nueva York y Nueva York es baloncesto. Y la capital del mundo. Los Lakers de su era (veinte años: su era) no han vivido grandes duelos con los Knicks. En 1999 los neoyorquinos perdieron la final con los Spurs, que habían eliminado a los Lakers un par de rondas antes. Un año después, los angelinos fueron campeones ante los Pacers, que habían derrotado a los Knicks en la final del Este. Cerca estuvieron, o no tanto, pero nunca pelearon por nada que no fuera la conquista de la costa, Atlántico o Pacífico, en partidos de mucho nombre y (generalmente) cobertura nacional. El Madison Square Garden, siempre lo ha dicho, es una de las pistas en las que más ha disfrutado jugando Kobe Bryant. Y puede que ya no la pise más. Así que el partido, como tal un espanto, tenía su historia y tenía ese aroma a nostalgia que transmite todo, dentro y fuera de la cancha, en esta ¿última? cabalgada de Kobe Bryant. Cabalgada a duras penas.

Antes de este partido, una difusa carrera por ser el menos malo (hasta el 99-95 final), Kobe había jugado quince veces en el Madison. Y había promediado 30,7 puntos de media. Si se miden sólo los partidos desde 2000 ese promedio sube 34. En 2009 metió 61 puntos, récord de un visitante en NY y la última vez que ha llegado a esa cifra casi imposible. Que para él no lo era pero ya lo es. El padre tiempo del que siempre habló se le ha metido en la cocina de casa y por eso asume que seguramente, quién sabe pero seguramente, esta será su última temporada en la NBA. Y por lo tanto, este habría sido su último partido en ese Madison por el que le gusta pasear y sentir la atmósfera. Si lo es, será con otra derrota y tras dos temporadas en las que las lesiones le dejaron sin visita a la Meca, donde los Lakers encadenan cinco derrotas seguidas desde que ganaron en la temporada 2010-11. Con 33 puntos y 10 rebotes de Kobe. Aquel Kobe. El único del que nos acordaremos cuando termine de irse.

Mal los dos... pero peor los Lakers

Porque este Kobe actual sigue con su temporada amarga en lo personal y frustrante en lo colectivo: 18 puntos (su mínimo en el Madison desde 1998) en 19 tiros (6/19, 2/10 en triples), 3 asistencias y 2 rebotes. Y malas decisiones en los últimos minutos, con el partido en el filo. Y demasiados ataques de ese kobesistema que resta oportunidades a unos jóvenes que se encogen con cada uno de sus fallos. Puro lenguaje corporal. Como él va a terminar así y Byron Scott va a ponerle una alfombra roja para que termine así, será así. Esta vez al menos intercambio marca, bromas y alguna refriega de fogueo con un Carmelo Anthony que no brilló en absoluto pero que hizo lo justo en el último cuarto para que sus Knicks dejaran atrás tres derrotas consecutivas y se aúpen al 3-4: 24 puntos y 8 rebotes con un 8/20 en tiros. Suficiente ante un rival (1-5 ya tras la visita balsámica a los horripilantes Nets) que ganaba 87-90 y encajó un parcial de 11-0. Que se pasó siete minutos del último cuarto sin anotar un tiro (vivió de cuatro tiros libres: 0/7 en tiros de campo). Y que, en definitiva, dejó otro muestrario de todo lo que está haciendo mal. Poroso en defensa, permitiendo muchos tiros liberados que los Knicks fallaron porque son los Knicks, y sin fluidez en ataque. Al menos esta vez tuvieron minutos los jóvenes en el último cuarto. Pero no era el día ni de Randle (11 rebotes pero sólo 6 puntos con un 3/12 en tiros) ni de Clarkson (10 y 4/13). Russell (6 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 3 robos) dio otro pasito. Tímido pero hacia delante. Ahí hay un gran jugador. La cuestión es que no se estropee. A pesar de Byron Scott

Los Knicks tampoco pueden presumir pero al menos volvieron a ganar, que lo necesitaban. Sin la versión top de Carmelo y con Derek Fisher expulsado por protestar una falta a Kobe, con el que ganó cinco anillos, lo mejor fue el trabajo de Robin Lopez (14 puntos, 4 asistencias y 13 rebotes, 5 trascendentales en ataque). Eso dice mucho de un partido en el que ninguno de los equipos llegó al 40% en tiros (69/178 combinado) y no precisamente por los méritos de las defensas. En el que hubo muchos minutos de correcalles, errores groseros y dos equipos incapaces de alargar sus brotes verdes y de sostener buenos parciales.

Hasta ese 11-0 definitivo de los Knicks, con muchos tiros libres y un triple de Galloway, que anotó 14 puntos y puso la energía que le falta al backcourt titular: Vujacic (5 puntos, 2/7 en tiros) y Calderón, que cumplió (14 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias) ante un rival que le exigió poco en defensa y le permitió mucho en ataque. Un respiro para el extremeño ahora que en la Gran Manzana se habla abiertamente de cambios en el quinteto ante el inminente estreno tras lesión de Afflalo y la fuerza de Galloway. Porzingis puso más ánimo que acierto en el primer partido de su vida ante los Lakers pero fue importante en el arreón final. Al principio más fallos y personales que jugadas positivas pero en total 12 puntos y 10 rebotes. Y otra victoria al saco. Y poder contar que jugó en el, probablemente, último partido de Kobe en el Madison. No es poco, claro.