Los Chicago Bulls están completando un irregular inicio de curso (4-3 es su balance antes de medirse esta madrugada a los Sixers en Philadelphia). Han perdido la eficacia defensiva, la mayor seña de identidad del equipo en los tiempos de Thibodeau al frente del banquillo. En estos momentos, Chicago encaja más de 100 puntos (101,4) por noche. Un dato que le coloca fuera de las 15 mejores defensas de toda la Liga. Fred Hoiberg no acaba de dar con la tecla y los triunfos ante equipos como los Cavs y los Thunder han quedado empañados por las derrotas sufridas en Charlotte o ante los Timberwolves en una prórroga en la que se quedaron sin anotar.

Ninguno de sus hombres claves ha mantenido una regularidad en estas dos semanas que le permita destacar por encima del resto. Ni Derrick Rose, Jimmy Butler y Pau Gasol han ejercido el liderazgo que deben asumir. Tampoco el resto de sus compañeros quedan mejor parados. A la espera del regreso de Mike Dunleavy, los Bulls no han acabado de dar con un alero titular. Una responsabilidad que recayó en los primeros partidos en un Tony Snell que en las dos últimas citas cedió el testigo a Doug McDermott.

De momento esa ha sido la única variación sufrida en el quinteto titular de los de Illinois. El propio Hoiberg ya ha manifestado que esta madrugada dispondrá de nuevo de inicio el mismo equipo que se enfrentó a los Wolves. No obstante, el rol de Nikola Mirotic como ala-pívot titular parece tener las horas contadas. Tras una primera semana notable, el hispanomontenegrino se ha desfondado y no mejora al equipo en su aro propio ni en el del contrario. Ha perdido el toque en el lanzamiento hasta acumular un paupérrimo 1/13 en triples en los tres últimos encuentros. La prensa de Chicago se ha mostrado crítica con su bajo rendimiento. Y las últimas informaciones hablan de que Joakim Noah se ha jercitado junto a los titulares en el entrenamiento previo al partido de esta noche. Una posibilidad que según K.C. Johnson ('Chicago Tribune') Hoiberg está meditando seriamente pese a que públicamente no lo dice así.

Pese a estar viviendo uno de sus peores momentos desde que desembarcara en la NBA en el verano de 2014, Mirotic no pierde la calma y se muestra confiado en sus posibilidades. "No ha sido una buena semana tanto para mí como para el equipo. Pero no es el fin del mundo. Simplemente tengo que seguir trabajando", dice. Oportunidades seguirá teniendo, aunque quizá vuelva a tener que aprovecharlas partiendo desde el banquillo.