La nueva Euroliga, a partir del curso 2016-17, ya está definida tras el acuerdo firmado entre IMG (gigante de la gestión y representación deportiva) y diez de los once clubes con plaza fija en la competición, incluidos Real Madrid, Barcelona y Baskonia. Todos menos el Panathiniakos, que enfrentado con los rectores de la Euroliga, ha pedido tiempo para revisar el documento. Si renunciara, entraría otro club y el Bayern cuenta con bastantes opciones.

A los participantes se les garantiza un mínimo de 36 millones de euros anuales a repartir y la competición pasará de 24 equipos a 16. Las cinco plazas que restan se otorgarán así: una para el vencedor de la Eurocopa, otra para el ganador de una fase previa de ocho y tres para campeones de ligas nacionales, que podrían ser la VTB, Alemania y Turquía, aunque también para la Liga Adriática. Si entrara el Bayern, quizá habría otra plaza para la ACB. Si no, la única opción de clasificación para Unicaja, Valencia y compañía pasará por ganar la Eurocopa o la fase previa.

Una Euroliga más cerrada que satisface a los grandes, con buenos partidos desde el inicio (“Será del agrado del aficionado”, dice Xavi Pascual), pero que limita las aspiraciones del resto y abre una brecha aún mayor en lo económico. Lo explicaba ayer Villacampa, presidente del FIATC Joventut, en los Desayunos de Europa Press: “El deporte es vender ilusión. Si ficho a un jugador y me pregunta si va a jugar la Euroliga, le tendré que decir que no. Y a mi patrocinador, lo mismo. No entiendo que el Barcelona y el Madrid estén dispuestos a clasificarse deportivamente en el fútbol, pero no en el baloncesto. Una contradicción”. Galindo, presidente del Estudiantes, dice que “los torneos europeos deben vincularse a éxitos deportivos”. Al Valencia no le gusta el modelo. Otros clubes esperan a conocer la letra pequeña.

La Euroliga crecerá en seis jornadas y obligará a recortar el resto del calendario. Los clubes estudian ya fórmulas para no ceder jugadores a las selecciones de octubre a junio (en las nuevas ventanas). Y la FIBA se plantea crear una competición paralela: la Champions.

Francisco Roca: “Los calendarios, muy afectados”

El presidente de la ACB, Francisco Roca, dijo ayer que tiene que hablar con Jordi Bertomeu, presidente de la Euroliga, para que le explique “los aspectos que todavía no están claros”. Por ejemplo, ¿qué pasaría si la Liga la ganara un equipo que no fuera ni el Madrid ni el Barça ni el Baskonia? Y añadió: “Es evidente que los calendarios se van a ver seriamente afectados y es fundamental que acaben encajando bien. (...) Lo que menos me gusta es que haya una desconexión entre las ligas domésticas y las competiciones internacionales­”.