El Granca, reacción y liderato después de la siesta

Tal vez atenazado, acaso consciente y seguro preocupado tras la mala imagen ofrecida el domingo La Laguna, el Herbalife avasalló al Le Mans en el segundo tiempo para serenar ánimos, contentar a su parroquia y, de paso, quedarse como líder en solitario del Grupo B de la Eurocopa, competición a la que demuestra una vez más tenerle tomado el pulso.

Como si estuviera recién salida del horno, la empanada con la que saltó el Gran Canaria a la cancha fue de aúpa. Tardó cuatro minutos en anotar, y un triple de Salin evitó que los franceses se escaparan (3-7) Se notó el cambio de Pangos, horrible en el primer tiempo. Así, con Oliver al mando, se repusieron los amarillos con un 17-6 de parcial a su favor para acabar el primer cuarto con una mínima ventaja a su favor (17-13)

El Le Mans no le perdía la cara al duelo, y Paulí volvió a dejar un mate de concurso, 22-20, tras una deliciosa asistencia de Oliver, que parece detener el cronómetro biológico. A base de tiros libres los franceses se pusieron por delante (26-32). Galdikas le dio aire a los suyos desde el tiro libre y con una asistencia a canasta a Rabaseda, que dejó el electrónico en 29-32 al descanso y la sensación para el Gran Canaria de que poco se había aprendido de la derrota del domingo ante el Iberostar Tenerife.

Reacción

No le pudo sentar mejor al Herbalife el paso por los vestuario, tanto como lo necesitaba. Así, ocurrió que el segundo tiempo solo tuvo la historia que quiso contar el Granca. Pangos, a base de triples (dos consecutivos), espabiló para lanzar a los amarillos: 48-39. Llegó a ir ganando de 15 (57-42, el 77-62). Le Mans, 63-57 y pare de contar. Hasta ahí llegó su pequeño conato de remontada. Y el liderato, tras la derrota del Alba Berlín ante el Ludwisburgo (79-90), se queda a solas en nuestra isla. Jugaron todos, menos Sitapha Savané. Omic, quién si no, volvió a ser mejor. 19 puntos, imparable. Como el Herbalife al calor de su afición.