ROCKETS 108 - BLAZERS 103

Harden responde al malestar de sus compañeros con un 45-8-11

Primer triunfo de los nuevos Rockets de Bickerstaff (ratificado hasta final de curso) tras el despido de McHale. Triplazo de Brewer para forzar la prórroga. Lawson, suplente.

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Ambiente raro el que se respiró esta pasada madrugada en el Toyota Center de Houston (victoria para los Rockets en la prórroga ante Portland por 108-103). Lo normal si unas horas antes has despedido a tu entrenador, un Kevin McHale que dijo adiós a la franquicia como el técnico con el mejor porcentaje de triunfos en su historia. Pero la vida sigue y hay que mirar para adelante. Eso debió pensar un James Harden que también había quedado tocado tras la merejada que han vivido los Rockets en este inicio de curso. Tras anunciarse el despido de McHale, Sam Amick ('USA Today Sports') reveló que tras la sonrojante última derrota ante los Celtics la plantilla decidió reunirse entre ella para decirse las cosas a la cara y mejorar la comunicación. Lo que en esa "fructífera charla" se habló queda dentro del vestuario, sin embargo, según este periodista discutieron un asunto espinoso: la frustración del resto de compañeros con James Harden por el desinterés mostrado por este.

Así que, para intentar acallar las críticas y este malestar, el escolta se puso manos a la obra para firmar una más que destacada actuación: 45 puntos, 8 rebotes, 11 asistencias (una de ellas fundamental al ceder el balón a Corey Brewer para forzar la prórroga: quizá un guiño hacia el vestuario que no se jugase el tiro decisivo), 5 robos y otras tantas pérdidas. Numerazos. Aunque eso sí, todo hay que decirlo, salvo desde la línea de personal (19/20 anoche) sigue fallando como una escopeta de feria: 11/29 y 4/15 en triples. No obstante, no fue el único con la mirilla desacertada en el ya equipo de J.B. Bickerstaff (ratificado hasta final de curso pro el propietario, Leslie Alexander). No le tembló el pulso con su primera decisión de calado: sentar a Ty Lawson (2 puntos en casi 20 minutos). Jason Terry ejerció de base titular. Otra tarea que deberá afrontar, lograr una mayor implicación de Dwight Howard en ataque (sólo 5 tiros de campo para 7 tantos), aunque eso sí, está reboteando como en sus mejores tiempos (19).

Los Rockets tuvieron que remontar una desventaja en contra de 17 puntos (52-69 a 2:38 para el final del tercer cuarto) por culpa de una horrible noche en el lanzamiento (sonrojante 25% al descanso). Lillard (gran segunda parte la suya), McCollum, Aminu y Allen Crabbe (15 puntos desde el banco) fueron abriendo distancias para unos Blazers que llegaron a tener el partido en sus manos: 87-94 con 1:24 para la conclusión. Pero entonces, ahora sí, apareció la mejor versión de Harden. Anotó cuando tenía que hacerlo (logró un triple vital) y fue generoso cuando tocaba. Pudo haberse levantado, pero muy forzado vio a Brewer (también en racha durante el último periodo) llegar por el otro lateral. Al alero le llegó el balón y a nueve décimas clavó un triple que mandaba el partido a la prórroga. Una puñalada para unos Blazers que bajaron los brazos en un tiempo extra que dominó de principio a fin James Harden. Ese fue el mejor mensaje que pudo mandar a la aificón, pero sobre todo, al vestuario.