Lieberman, la niña a la que su madre pinchaba los balones

En la NBA hay mujeres en casi todos los estamentos de las franquicias y las hay arbitrando desde 1997, fruto de un empeño personal del entonces comisionado David Stern. Pero se han mantenido algunos tabúes. Desde luego en la pista: en 1969 San Francisco Warriors eligió en el draft a Denise Long, pero la Liga lo vetó por considerarlo una “argucia publicitaria”. Y en 1977, Nueva Orleans Jazz eligió a Lusia Harris, que nunca llegó a vincularse con el equipo, cosa que sí hizo en 1980 Ann Meyers, que firmó un contrato (50.000 dólares) con Indiana Pacers pero apenas se entrenó tres días con el equipo.

Los banquillos son el otro gran tabú. Hasta ahora. Becky­ Hammon (Spurs) y Nancy Lieberman ejercen de asistentes y aspiran al puesto de primera entrenadora jefe de la historia. Para Lieberman, que hasta participó en Gladiadores Americanos, es la última frontera. Es miembro del Hall Of Fame a pesar de que su madre le quiso quitar el deporte de la cabeza pinchándole hasta cinco balones con un destornillador. No le importó: fue la jugadora de baloncesto más joven en ganar una medalla olímpica (plata en Montreal 76 con 18 años) y la más veterana (39 años) en participar en la WNBA.