HEAT 95 - KNICKS 78

Whiteside (11+11) seca a los Knicks de Porzingis (20+14)

La gran defensa de los Heat acabó con la racha de Nueva York (tres victorias). Un parcial de 29-4 en la primera parte sentenció el partido.

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Se apagaron las luces en Nueva York. Bueno, más bien las apagó Miami. Los Heat, un equipo compacto, con talento y de los que ganan los partidos atrás, aguantaron como pudieron los primeros minutos ante los Knicks de la racha (entraban todos lo tiros) y después, con la entrada de los suplentes, sentenciaron el partido con un parcial de 29-4. Con Justise Winslow y Tyler Johnson en cancha, la defensa exterior de los locales fue asfixiante, pero más impresionante si cabe fue la falta de acierto de los visitantes (32% en los tiros, 16% en triples). Con Whiteside como líder (es el que levanta al público con sus tapones y sus mates), la victoria se quedó en South Beach y los Heat se quitaron de encima los fantasmas que casi les cuestan una derrota humillante ante los Sixers. Más fácil de los esperado. Calderón, cuatro puntos y tres rebotes.

Un triple de Kristaps Porzingis (20+14) abrió el marcador. El letón, que es la nueva moda en la NBA, se ha convertido en uno de los go-to-guys del conjunto neoyorquino. Quizás el segundo en discordia solo por detrás de un Carmelo Anthony (21+8+4) que, pese al buen momento del equipo, no está especialmente acertado. Durante los primeros minutos, disfrutamos de los Knicks que venían de ganar tres partidos seguidos: juego fluido en ataque, sin miedo a lanzar y con facilidad para ejecutar desde cualquier punto. Sin embargo, la racha no iba a pasar de tres. Miami apretó en defensa y los visitantes fallaron 15 de sus 16 tiros durante un periodo en el que los Heat sentenciaron el partido (29-4 de parcial entre la segunda mitad del primer cuarto y la primera del segundo). 52-30 rezaba el marcador al descanso. Se acabó.

Wade y Bosh (16 cada uno) siempre están, pero Whiteside es la nueva cara de la franquicia. Cierto es que el gran parcial que decidió el choque lo vio desde el banco, pero sus minutos en cancha dan mucho que hablar. Es una muralla en defensa y un pilar en ataque. Intimida, cambia tiros y pone tapones con una facilidad insultante (promedia casi cinco por partido). Vaya joya encontró Riley. El center acabó el partido levantando al público de la grada con un 4-4 en tiros libres cuando los Knicks, a la desesperada, intentaron un Hack-A-Hassan. Pero lo realmente impresionante es hace en el otro lado de la cancha ¿Sabéis lo difícil que debe ser taponar un gancho de Porzingis? Cuando Whiteside lo hace parece sencillo. Cinco tapones para sumar a sus 11 puntos y 11 rebotes, todo un coloso de la zona.

Hay que hablar más de Justise Winslow (autocrítica). No hace mucho ruido numéricamente, pero mejora en cada partido y su presencia se nota en cuanto pisa el parqué. Un defensor excelso y un gran reboteador a sus 19 años (7+6+3). En ataque, va dejando detalles. Le sobra tiempo para aprender.