LIGA ENDESA | BARCELONA

Juan Carlos Navarro, media vida de ‘bombas’ en el Barcelona

El 23 de noviembre de 1997, el técnico del Barcelona Joan Montes hacía debutar a un joven escolta de 17 años, que en sólo 11 minutos puso en pie al Palau.

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El pasado lunes se cumplieron 18 años del debut de un jugador que ya es legendario. El Barcelona se enfrentaba al Granada en el Palau blaugrana y Joan Montes, técnico de urgencia tras el cese del fallecido Manel Comas dos jornadas atrás, hacía saltar a la pista a un júnior llamado Juan Carlos Navarro. Tenía 17 años, cinco meses y diez días y en solo once minutos en cancha sumaba 10 puntos, dos rebotes, un asistencia y recibía cinco personales. La afición del Palau enloqueció y empezó a corear su nombre: había nacido una estrella­. Aunque ha pasado ya mucho tiempo, él aún lo recuerda; “Salí muy nervioso, pero las cosas me salieron bien y empecé a escuchar mi nombre. Quizás fue porque era un jugador con desparpajo y nuevo para todo el mundo. La verdad es que fue muy bonito y me emocioné”.

¿Qué hacemos con las lentejas?

En su año en Memphis Grizzlies (2007-2008), el único fuera del Barça, Navarro tuvo un problema gastronómico. Amante de los platos de cuchara como las lentejas o los garbanzos, no encontraba chorizo para darle el toque que tanto le gusta. Así que La Bomba, en un viaje con los Grizzlies a Madrid, se llevó en el avión privado del equipo un cargamento de jamón, queso y embutidos.

Aunque debutó iniciada la temporada, al principio de la misma el club tuvo que llamar al bar del pueblo de su madre, en Lugo, para que se incorporara por vez primera a la concentración del primer equipo.

“Estaba a punto de jugar un torneo y me cabreó tener que dejarlo. Era verano, las fiestas del pueblo, y toda la familia se había plantado allí tras más de diez horas de viaje, en un Seat 1430, apretado entre mis dos hermanos, y tuve que volver... pero ahora lo valoro mucho”.

Lo ha ganado todo con el Barça, pero uno de sus títulos más especiales es la Euroliga de 2003, lograda en el Palau Sant Jordi tras ganar al Benetton. Todavía era muy joven y anotó cinco puntos. Su entrenador en esa gesta era Svetislav Pesic­, quien señala: “Juanqui sólo tenía 22 años y ya ejercía un papel muy importante. No es que le guste el baloncesto, es que lo vive. Quiere competir y ganar hasta en los entrenamientos­”.

Familia. Pero su mayor orgullo son sus hijas, Lucía (11 años) y Elsa (9), y su esposa Vanessa García, el amor de su vida desde hace 19 años, que celebra los éxitos de su marido con sus creativos pasteles.