"El cielo es el límite. ¿Quién sabe hasta dónde podemos llegar?". Son palabras de Draymond Green, una de los elementos claves de este engrenaje perfecto que por ahora han demostrado ser los Warriors. Los actuales campeones de la NBA no se conforman con el anillo: acaban de firmar el mejor inicio histórico de la NBA (16-0).

Más comedido se mostraba un Luke Walton que, en calidad de técnico interino (Steve Kerr se encuentra de baja tras ser operado de unos problemas en la espalda), quiso felicitar a cada uno de sus jugadores "por haber entrado en los libros de historia de la NBA". Aun así, sabe cómo funciona este negocio: "Con el tiempo acabaremos perdiendo". Sin embargo, al ser preguntado por este vaticinio, Stephen Curry mostraba sus dudas. "Lo dudo", bromeaba el MVP. "Siempre se trata de un acontecimiento especial cuando logras hacer algo que nunca antes nadie había podido hacer. Pero no va a haber un total dominio a lo largo de los próximo 82 partidos", proseguía.

Otro de los protagonistas, Klay Thompson, también ofreció sus impresiones al término del encuentro. "Somos un equipo joven, muy hambriento, con grandes veteranos que no nos dejaran caer en la autocomplacencia. Espero que esto mande un mensaje al resto de la Liga: hemos venido para quedarnos un tiempo", destacó. Quizá tenía en mente las quejas de Doc Rivers y las mucho más recientes de LeBron James. Ambos cuestionaron el anillo conquistado la pasada temporada por Golden State ya que habían sido el único equipo en llegar "sano" al momento culmen de la temporada.

Jason Richardson, homenajeado

Por si fuera poco, el día en el que los Warriors se conviertieron en leyenda también había sido el fijado para homenajear a Jason Richardson. Antes de la forja de este equipo de ensueño, el escolta fue uno de los principales estandartes en la historia moderna de la franquicia. "Aunque no me retirase siendo un 'warrior', vosotros me hacéis sentirme uno de por vida", comentó desde el centro del Oracle Arena. Hubo de todo en una jornada histórica. Una fiesta.