Jason Kidd ha vuelto a las andadas. Durante una protesta (al considerar que no se había señalado una personal sobre Antetokounmpo) a 1:49 de la conclusión del partido que acabó en derrota de sus Bucks 118-129 ante los Kings (todo un festival ofensivo), al técnico se le cruzaron los cables. El colegiado sostenía el balón y, como si aún siguiese en activo, Kidd se abalanzó hacia él para darle un manotazo y arrebatárselo. Resultado, expulsión inmediata. Pese a ello, acabó por enloquecer y tuvo que ser tranquilizado por los técnicos ayudantes y por sus jóvenes pupilos. Fea imagen la que dejó anoche un Kidd al que las cosas no le están saliendo tan bien como en la temporada anterior. Aunque tras el partido, los jugadores de ambos equipos seguían llevando la tensión en el cuerpo y se encararron en el túnel de vestauarios. Varios agentes de policía tuvieron que acudir para aplacar la tensión. "Estaba tomándome una cola y comiendo palomitas. Me echaron antes de tiempo. No sé qué pasó", comentó después Kidd al ser preguntado.

Y del partido, decir que los Kings siguen mejorando y eso que no contaron con DeMarcus Cousins (habrá quien se pregunte qué hubiese ocurrido en tan movido partido con él sobre el parqué). Pero sin Boogie, los tres jugadores que partieron del banquillo (Belinelli, Collison y Casspi) aportaron 54 puntos, que unidos a los 36 de Rudy Gay a un casi nuevo triple-doble del renacido Rondo (13-10, 9 rebotes y un +12 para el base con él en pista) acabaron con la resistencia de los Bucks. Antetokounmpo (expulsado por faltas) y Middleton fueron los mejores en los locales.