LeBron James ha dado un nuevo toque de atención a sus compañeros. Es el segundo y sólo llevamos 15 partidos de una temporada en que los Cavaliers son primeros en el Este, con un balance mejor que el de hace 365 días. El año pasado, a estas alturas de la película, los de Cleveland poseían un balance 8-7. Ahora están 11-4. Pero para James es insuficiente. Siente la sombra alargada de los invencibles Golden State Warriors y cada derrota que sufre es una puñalada a su orgullo. Más aún cuando la de esta madrugada es la cuarta que sufre fuera de casa ante un rival de su Conferencia.

Fue en Toronto ante unos Raptors que castigaron la desconexión de los hombres de Ohio entre el tercer y último cuarto. La desaparición de sus compañeros en momentos puntuales de los encuentros, es lo que más preocupa al Elegido. En estos momentos hay margen de reacción, pero en unas Finales frente a Curry y compañía... Por ello, y junto a James Jones, organizó una reunión a puerta cerrada con todos sus compañeros. 

"Se trata de la mentalidad. Es algo interior. Yo siempre la tengo. Se trata de tenerla o no tenerla”, explicó un LeBron que no quiso escudarse ni en las bajas (Irving, Shumpert, Dellavedova y Mozgov), ni en el cansancio derivado de la falta de jugadores claves (ayer jugó casi 41 y promedia 36,4, octavo de la Liga). "No es excusa", subrayó en dos ocasiones ante las preguntas de los periodistas.