"No queríamos ser ese equipo (el que perdiera contra los Sixers) porque hubiéramos entrado en los libros de historia por esa razón". Palabras de Mike Conley al final del choque que dejan claro que los Memphis Grizzlies se quitaron un buen peso de encima tras remontar en el último cuarto a unos 76ers que, pese a rondar de nuevo el triunfo, no parecen capaces de cerrar un solo partido. Con la derrota de ayer, los pupilos de Brett Brown acumulan un récord de cero victorias y 18 derrotas para empezar la temporada, igualando la peor marca de la historia de la liga (New Jersey Nets 2009-2010), y siguen sumando a su horrible racha que ya suma 28 partidos perdidos consecutivos, el peor registro de la historia del deporte profesional estadounidense.

El partido fue feo, para variar. Entre los dos equipos perdieron un total de 51 balones y ninguno de los dos conjuntos lanzó por encima del 42% en tiros de campo. Con el susto en el cuerpo (los Sixers se pudieron por delante con un triple de Hollis-Thompson desde la esquina al final del tercer cuarto, los Grizzlies se pusieron serios y, con un parcial de 21-8, remontaron en el cuarto periodo. Marc Gasol aportó 9 puntos, 12 rebotes, tres asistencias y cuatro tapones, pero más protagonistas fueron un Zach Randolph que acabó con doble-doble tras perderse cinco encuentros y Mike Conley, que sumó 20 tantos, cuatro capturas y cinco pases de canasta. En los visitantes, el rookie Jahlil Okafor (ayer se disculpó vía Twitter por sus acciones recientes) se quedó en nueve puntos (3-13) y 13 rebotes.

Los Sixers lucharán por evitar el 0-19 contra Los Angeles Lakers el próximo martes.