SIXERS 103 - LAKERS 91

Philadelphia despide a Kobe y los Sixers evitan el 0-19

Emotivo adiós de Bryant a su ciudad natal. El '24' anotó nueve puntos en los primeros 75 segundos de partido. Acabó con un 4-17 en triples.

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NBA

La emoción inunda las gradas del pabellón y no tiene nada que ver con el partido de baloncesto que se va a disputar en los siguientes minutos. Así van a ser todos y cada uno de los choques de Los Angeles Lakers en lo que resta de temporada. Se va Kobe Bryant y hay que despedirle como se merece. Lo demás es secundario. Philadelphia, pese a ser su ciudad natal, siempre ha sido uno de los sitios en los que menos se ha querido a Kobe. Abucheado con normalidad durante sus ya 20 años de carrera, el '24' solo pudo agradecer al público que llenaba ayer las gradas del Wells Fargo Center que le regalaran una última noche mágica en una ciudad que le llegó a llamar 'Hometown Zero'. "No me esperaba una reacción así, ni una ovación. Se lo agradezco muchísimo. Ha sido muy especial", dijo un Bryant emocionado después del partido.

Sí, también se jugó al baloncesto en Philadelphia. Los Sixers se impusieron a los Lakers y evitaron el 0-19 que les hubiera dado el récord en solitario de más derrotas para empezar una temporada (el 0-18 lo comparten con los Nets de la 2009-2010). La peor racha de la historia del deporte profesional estadounidense se quedó en 28. "Estoy contento por la ciudad. No queríamos que la racha siguiera", dijo un Brett Brown que se habrá quitado un buen peso de encima.

Volvemos a Kobe. El escolta acabó el encuentro con un 7-26 en tiros de campo y un 4-17 en triples. Porcentajes pésimos (otra vez...) que no hacen justicia a un jugador de leyenda que intentó regalarle a su ciudad una gran noche de despedida. Bryant arrancó el encuentro como en sus mejores días. En las tres primeras posesiones de su equipo clavó tres triples que le dieron nueve puntos en solo 75 segundos y a los que la grada respondió con gritos de "¡MVP, MVP, MVP!". Después fueron casi todo fallos, pero también dejó otro genial detalle con una bandeja a aro pasado de bellísima factura. Como él mismo reconoce, no le da para más. Y tampoco se le debería pedir mucho más. Disfruten de Kobe todo lo que puedan. Si no lo hacen, se arrepentirán.