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KNICKS 97-MAVERICKS 104

Nowitzki (25) vence a su heredero natural: Porzingis (28)

El Madison vivió un gran duelo. El alemán se enfrentó al que será, con toda seguridad, su sucesor en la NBA: el letón Kristaps Porzingis.

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Nowitzki (25) vence a su heredero natural: Porzingis (28)
NBA

Todo en el deporte tiene su principio y su final, y en el baloncesto no iba a ser diferente. La gran generación del pasado, con la que muchos crecimos (Nowitzki, Garnett, Pierce, Gasol...), comienza a vislumbrar la puesta de sol de sus carreras. Será una gran perdida. Son jugadores únicos. Especiales. Llevaron a la Liga estadounidense a otro nivel, tanto en el plano deportivo como social. Pero el reloj ya marca su hora... y los más jóvenes, los nuevos, están a la espera de ocupar su lugar entre la realeza de la NBA.

Ese enfrentamiento entre el pasado y el presente vivió un gran capítulo esta madrugada en el Madison Square Garden de Nueva York. Allí, en el templo del baloncesto mundial, Kristaps Porzingis, un letón debutante de 20 años, se medía a su ídolo: Dirk Nowitzki. Un alemán de 37 años que ha sido y es todo en este deporte. "Creo que estoy más cerca de Dirk que de Pau (Gasol). Pero ambos son simplemente increíbles. Con suerte, espero ser tan gran tirador como él algún día", manifestó el ex ACB antes del partido. La comparación entre ambos es un recurso bastante simple y rápido, pero no le quita por ello ni un gramo de realidad. 

Ambos son parecidos físicamente. Su estilo de juego, además, tiene similitudes. Pero la distancia entre ambos es todavía grande. ¿El motivo? Uno esta de vuelta, mientras que el otro acaba de aterrizar. El dominio del juego, el conocimiento del mismo, aún está en posesión del campeón de un anillo. Nowitzki alcanzó los 28 puntos, su segunda marca de la temporada empatada con la que hizo frente a los Blazers (la primera son 31 frente a los Clippers en el partido de DeAndre Jordan en Dallas). Una anotación elevada que quién sabe si responde a ese duelo individual contra Porzingis que tanto gusta a los killers de antaño.

"La comparación entre ambos es más que justa. Él (de todas formas) está muy por delante de la curva. Cuando yo tenía 20 años, estaba muerto de miedo. Él está promediando casi un doble-doble. Es mejor que yo cuando tenía 20 años. Es el paquete completo", manifestó el jugador nacido en Wurzburg, que ya desde el primer minuto comenzó a marcar territorio. En su primer duelo individual con Porzingis anotó por encima de él, con uno de sus tiros de toda la vida. El letón no quiso ser menos y contestó de forma inmediata. Y ahí acabó la fuerza del duelo hasta el último cuarto porque los Mavericks dieron un repaso de arriba abajo a los de Fisher.

Apoyados en el tiro exterior durante la primera mitad, los Mavs destrozaron a los de la Gran Manzana. El equipo de Carlisie (nota aparte merece lo que hace año tras año con este equipo, para quitarse el sombrero una y mil veces) anotó 11 de sus 13 triples en el primer tiempo. En el primer cuarto lograron seis (28-34) y en el segundo, cinco (50-63). Ya eran 13 de diferencia y el Madison comenzaba a irritarse con un equipo que contó con un buen Calderón (14 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias) y un aburrido Carmelo Anthony que sólo llegó a los 17 puntos y cuya última acción en el partido acabó con cualquier tipo de reacción neoyorquina.

Porque a pesar de llegar a los últimos 12 minutos 16 abajo (72-88), el encuentro no estaba cerrado. Los texanos cayeron en la desidia y la autocomplacencia, y Porzingis destrozó. Anotó 12 de sus 28 tantos (13/18 en tiros de campo, 2 rebotes y 2 tapones) en el cuarto final. Colocó a los suyos a cuatro (97-101) cuando restaban solamente 44 segundos y puso un tapón a Deron Williams que permitía a los Knicks soñar con acercarse un poquito más, pero Melo realizó una falta en ataque con un bloqueo agresivo cuando el letón iba a lanzar desde el triple (2/4 en esa distancia) y las opciones se evaporaron. "Dirk ama este tipo de situaciones y acepta el reto de un joven como este, y Porzingis es un jugador especial", subrayó el entrenador de los Mavericks al finalizar el partido. Un duelo de muchos quilates. Pasado y presente. Una gozada.