BULLS 144-PISTONS 147

Locura en Chicago: 4 prórrogas, 30 de Pau y derrota de los Bulls

Los Pistons se llevaron el partido más largo de la temporada con un 33 puntos y 21 rebotes de Andre Drummond. Butler, espectacular con 43 tantos.

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El partido fue interminable. Tres horas y 24 minutos de tiempo real. 68 minutos en tiempo de juego con cuatro prórrogas. 291 puntos en total con 244 tiros de campo realizados. Esto, a grandes rasgos, es el resumen de la increíble victoria de los Detroit Pistons en territorio bull (144-147), en un United Center de Chicago que vivió el encuentro más largo de la NBA desde 2012. "Wow. No tengo palabras", subrayó Andre Drummond al acabar un partido que acabó los 48 minutos reglamentarios con empate a 105. "Perder así, tras cuatro prórrogas y en casa, es descorazonador", se lamentó un Pau Gasol que se fue hasta unos magníficos 30 puntos que aliñó con 15 rebotes, cinco asistencias, cinco tapones... grandes números que no fueron suficientes para dañar la última coraza del equipo de la Motown: Drummond.

Mucho poder tiene con el sobresaliente pívot. Es la tormenta tropical en la zona. Olas de 25 metros ante barcos muy pequeños. Es la reencarnación reboteadora de Dennis Rodman. Y no es para menos. Sus 33 puntos y 21 capturas sólo habían sido rubricados en Detroit por el Gusano... en la temporada 1990-91. La media en ese apartado por parte de Drummond alcanza ya los 16,2, tres más que el segundo de la clasificación global, un DeAndre Jordan que se debe consolar con esos míseros 13,2. Su defensa de los tableros se hace más que significativa ante los de Illinois: ha agarrado al menos 20 en cinco de sus últimos siete partidos contra ellos. Minucias.

"Estoy más feliz que cansado", comentó un Drummond que tuvo que resistir 54 minutos en cancha. Seis más que los jugados por Gasol, los mismo que Rose y uno menos que Butler. Sólo Marcus Morris estuvo más sobre el parqué con 57. "Tal vez fuera divertido para ustedes, pero creo que para Fred [Hoiberg] y para mi fue insoportable. Fue un partido épico", comentó un Van Gundy que fue testigo desde el banquillo de como la historia se escribía, pues nunca antes los Pistons habían jugado cuatro tiempos extra. Los Bulls solo en una ocasión anterior. Fue en Portland un 16 de marzo de 1984. Hace dos días como quien dice. Pero, ¿cómo se llegó a tal situación? Miedo y nervios. Calidad. Desacierto y supervivencia. Elijan la que quieran. Ninguna es verdad. Ninguna mentira. Al menos del todo.

"Esperábamos ganar", declaró un Jimmy Butler que sobresalió por encima del resto de bulls. Es el jugador franquicia de este equipo. Ya no hay más dudas al respecto. El escolta es capaz de todo. Y esta madrugada realizó su mejor encuentro en la NBA. Alcanzó los 43 puntos, su récord personal, con 8 rebotes. Un gigantesco partido que mantuvo a flote a los suyos. Su asistencia acrobática, con dos jugadores encima, a Gasol permitió una segunda prórroga (116-116) donde anotó 6 puntos replicados desde el triple por Morris y Caldwell-Pope (123-123).

La tercera pasó como un suspiro (sólo se anotaron ocho puntos) antes de comenzar el tiroteo en O.K. Corral entre Butler y un soberbio Reggie Jackson. El exbase de los Thunder ya no deja indiferente a nadie. Esta noche consiguió 31 puntos y 13 asistencias, explotando con rabia y valentía en los últimos cinco minutos. Los de Michigan lograron 20 puntos y 13 de ellos llevaron su firma. Lo mismo que Butler. Solo cuatro de los 17 tantos que hicieron sus Bulls no tenían su nombre. Mirotic (5 al final) y Rose (34) fueron sus protagonistas. La última vez que tres jugadores de la franquicia del toro superaron los 30 tantos fue el 17 de diciembre de 1996, cuando Jordan, Pippen y Kukoc lo lograron. No está nada mal... a pesar de una derrota que aleja un poco la segunda plaza del Este.

Los Pacers están una victoria por encima y por detrás los Raptors presionan. El Este ya no es un caramelo. Ahora todo está en un pañuelo y una derrota te puede zarandear violentamente en la clasificación. Y este sábado (01:30) el Madison aguarda a estos Bulls extenuados donde Pau y Rose serán dudas hasta el último minuto. La ausencia del español nos privaría de uno de los duelos más hermosos de la NBA, pues Porzingis espera. La mezcla perfecta entre Nowitzki y el propio Gasol... algo maravilloso de ver, la verdad. Esperemos que el duelo eterno no nos prive de ello.