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MIGUELO BENTANCOUR

"Volvemos a la guerra del curso 2000-01 y fue una sangría"

Betancor, presidente del Herbalife Gran Canaria, vivió como árbitro el conflicto entre FIBA y los clubes europeos que desencadenó la creación de la Euroliga y la Suproliga.

Actualizado a
Miguelo Betancor
Carlos Diaz

Hace unos años el Granca renunció a la Eurocopa. ¿Merece la pena jugarla?

El Granca viajó a Jerusalén sin Kevin Pangos

El Herbalife Gran Canaria durmió en Madrid el domingo antes de enlanzar con su vuelo a Israel. Una odisea. Con Omic luciendo galones de MVP, aunque molesto por un golpe en el ojo, el equipo insular debe ganar a domicilio para no perder comba en la segunda fase. Pangos se quedó en casa y Galdikas también. Pasecniks­ y Joaquín Portugués, base del equipo EBA, completaron la expedición. 

—Para nosotros es deficitaria. Yo vivo en África; no puedo coger un transporte, pagar chárters. Pero no es solo por un tema económico, sino por el cansancio del jugador. A pesar de esto el Gran Canaria quiere jugarla. ¿Por qué? El Herbalife es una seña de identidad de toda una isla. La Eurocopa debe ser una liga para crecer.

—Y, ¿cómo ve el modelo propuesto para la Euroliga?

—Si los equipos hacen una gran inversión pueden tener sus beneficios, pero otra cosa es que eso prive a otros de crecer. Para eso siempre existieron las invitaciones. Esta situación nos hace ir a peor. Hay que buscar el bien del baloncesto, no el particular. Los que ahora no tienen licencia dicen que esto es un desastre, pero si la tuvieran, ¿hablarían con el mismo tono?

—¿Este modelo favorece a ligas menos competitivas?

—Claro. En la ACB el Valencia es líder. ¿No tendría derecho a jugar la Euroliga? No todas las ligas están al mismo nivel, pero insisto: hay que respetar también a los equipos que han hecho una gran inversión.

—¿Sería bueno que la FIBA organizara la competición?

—Es necesario que haya un acuerdo para que no pase lo del año 2000. La Euroliga nació con el apoyo de las ligas nacionales y ahora no podemos olvidarnos de ellas. La solución no pasa por una competición de 16 equipos, hay que ampliarla y dar más cabida a ligas potentes como la ACB.

—Habla del curso 2000-01, cuando hubo dos competiciones: Euroliga y Suproliga.

—Fue una sangría nada beneficiosa para el baloncesto. Debías posicionarte en un lado o en el otro y te encasillaban. Por ejemplo, te impedían ir a los Juegos. Como árbitro, me pareció tristísimo. Los más débiles fueron los más castigados.

—¿Qué pasó exactamente?

—Los clubes querían participar en la gestión de la competición. Lo veo normal. Mi sensación es que estamos volviendo a la guerra de 2000. Entiendo que pueda haber batallas, pero si volvemos a una guerra destruiremos algo que funciona. Los clubes han crecido y lo puedo decir por el mío. El Granca de ahora no es el mismo que hace 15 años: es un club saneado, con un peso en España y que juega en Europa. En esta guerra nadie saldrá beneficiado.

—¿Ve bien las ventanas FIBA de selecciones?

—Más bien inviable y no participarían los jugadores NBA.

—La Euroliga podría decir lo mismo de los suyos.

—Es que es inviable. ¿Por qué no las jugamos en septiembre? No me opongo a las ventanas, sí a dónde las encajas. Si quiero poner ventanas nuevas en mi casa no lo haré en invierno o cuando llueve mucho.

—¿Le gustan los playoffs?

—La ACB se tiene que reinventar. Hay gente que cree que lo único que caduca es el yogur, pero también lo hacen los discursos deportivos y baloncestísticos. No podemos seguir siempre igual. Como aficionado antes que presidente, todo lo que ha ocurrido con el Ourense o el Burgos me entristece.

—¿Ve injusto el canon?

—Creo que también hay que revisarlo. Quiero que los aficionados de Burgos tengan ACB. Pero también los de Ourense y los de otras ciudades.

—¿Qué le parece la irrupción de Movistar?

—Económicamente es un gran contrato. Y además hay una ventaja: que la ACB será la encargada de la producción. El baloncesto no puede ser producido de manera mediocre. Hay que ayudar a llevarlo más allá de la cancha para que la marca ACB sea potente.