CAVS 117 - SPURS 103

LeBron, Irving y Love acaban con unos Spurs cojos sin Tim Duncan

Los texanos encajaron una nueva paliza sin el mejor 'cuatro' de la historia. El Big Three de los Cleveland Cavaliers sumó 71 puntos.

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NBA

Otro partido entre candidatos al título y otra paliza. Lo raro de empezar con esa frase es que esta vez no jugaban los Golden State Warriors. Spurs y Cavaliers se enfrentaban por segunda y última vez en temporada regular (los texanos ganaron en El Álamo), con la intención de buscar un triunfo que hiciera olvidar las palizas que los de Oakland infligieron hace solo unos días tanto a los de Popovich como a los de Lue. Con todas sus cartas sobre la mesa, LeBron James y compañía destrozaron a unos Spurs que son mucho menos equipo sin Tim Duncan (rodilla) sobre el parqué. Después hablaremos de la tremenda influencia del mejor 'cuatro' de la historia, pero dejo un dato para empezar: la mejor defensa del campeonato ha encajado 336 puntos (112 de media) en los tres partidos que Timmy lleva de baja. Hasta ese momento encajaba menos de 90 por noche. Es increíble: hablamos de un señor de casi 40 años.

Pese a todo lo mal que se puede hablar de la defensa de los Spurs, también hay que conceder méritos al ataque y a la intensidad de los Cavs. Los de Ohio fueron a por el partido desde el salto inicial y contaron con el acierto de un Big Three en el que todos anotaron por encima de la veintena por segunda noche consecutiva, algo que no habían logrado en los primeros 18 partidos en los que habían coincidido. Al césar lo que es del César.

Primero Love, después LeBron y apuntilla Irving

Hasta 66 puntos anotaron los locales al descanso, nadie había anotado más contra los Spurs en 24 minutos (los Warriors, 62). LeBron dirigía el cotarro (seis de sus siete asistencias llegaron en la primera mitad) y Love fue el encargado de ejecutar. En dos contra dos, en pick&roll (¡hay que darle más repeticiones!) y recibiendo en segunda jugada como tirador (lo más habitual). El ala-pívot de los Cavs estuvo inmenso en los dos primeros cuartos: 18 puntos (7-10 en tiros), ocho rebotes y una pesadilla para LaMarcus Aldridge, pero de eso hablaremos mas tarde.

En el tercer cuarto, con los Spurs intentando remontar (imposible: Kawhi, LA y Danny Green se pusieron de acuerdo para fallar los tiros importantes), LeBron cogió el partido por los cuernos: no se le iba a escapar. Sus típicas transiciones imparables (increíblemente, muy mal defendidas), cortes a canasta (¡se quedaba solo!) y su habitual ayuda para un buen movimiento de balón que acabó en dos triples seguidos de Love y Dellavedova: los visitantes estaban fuera del partido.

Al final, Irving dejó que disfrutáramos de su yoyo. Seguramente, sea el mejor de la liga midiendo a los rivales: amaga hacia canasta, se queda unas décimas medio parado y cuando vuelve a arrancar el defensor queda paralizado. Después elige si va a por la bandeja, si tira por elevación, si se queda con el tiro de media distancia... Tiene todas las armas.

Duncan, Aldridge y la defensa Spur

Ahora, vamos con la clave del encuentro: la ausencia de un señor de (casi) 40 años llamado Tim Duncan. Los Warriors ya jugaron con los texanos sin el mejor 'cuatro' de siempre sobre el parqué, pero no tuvo nada que ver. La sensación que me dejó aquel partido fue que el '21' habría acercado un poco a los de negro. Ayer creo que podría haber dado la vuelta al partido (podría...).

La influencia de Duncan toca todos los palos en San Antonio. Cada jugada, cada detalle ha sido pensado, creado, contando con las capacidades del eterno ala-pívot. En ataque ayuda a la circulación, siempre da un buena opción en el poste y juega el dos contra dos como si lo hubiera inventado, pero en defensa es aún más importante: sus ayudas, su defensa del pick&roll, su intimidación y su orden hacen de los Spurs una muralla prácticamente infranqueable. Aldridge no es que no pueda cumplir algunas de sus funciones, es que no cumple ninguna. Ni siquiera cierra bien el rebote (solo 2 y un +11 para los locales), y de ahí llegan más problemas.

Popovich lo vio tan crudo que tiró de una zona muy poco habitual (empezó dando resultado, pero se desmoronó) en la que se notó la falta de práctica y entendimiento entre los grandes (West, Aldridge, Diaw). Con un simple bloqueo (a veces ni eso) los Cavs encontraban emparejamientos muy favorables (LeBron-Mills) y caminos hacia el aro: demasiado fácil.

Otro error sangrante y muy poco habitual en el equipo que dirige Popovich fueron las transiciones defensivas. En el ABC de los duelos contra equipos de LeBron James, la primera pauta debe ser siempre: obligar al rival a jugar en estático. Pues ayer no era el día. El Rey encontró pasillos en el tercer cuarto y sumó hasta tres veces a la carrera (2+1 incluido). Así es imposible. Mucho que meditar en San Antonio. Punto de inflexión. ¡Y que vuelva Timmy!