La sentencia contra Sport Gestion, la empresa de representación de jugadores que encabezaba Gorka Arrinda y que cayó tras tiempos de gloria, es contundente. El antiguo máximo accionista del Bilbao reclama 303.750,82 euros que quedaron pendientes tras abandonar el club. La demanda ha sido desestimada íntegramente. La jueza, María Teresa Peña, da la razón al Bilbao Basket, aunque la sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial. Viene a decir que alguien que generó seis millones de deuda no debería pedir parte de la misma. Y le imponen el pago de las costas del juicio.

La hermana de Gorka, Olatz Arrinda, aparece en la sentencia por firmar los acuerdos que han generado la deuda. Esta se reclama “sin que se aporte ningún medio de prueba que acredite la realidad de los servicios prestados y sin que pueda cotejarse con los libros de contabilidad de la mercantil de la que era máximo accionista la existencia o pago de tales facturas”. La decisión judicial destaca la existencia de facturas "cuyo pago se pretende, que carece de contrato que las justifique". La magistrada percibe una autocontratación. 

En el contrato que se firmó entre Arrinda y el grupo que iba a acceder al consejo (astutamente por parte de este aún no estaba al frente y, por lo tanto, no cabe atribuirle responsabilidad) se incluyó una cláusula de confidencialidad, “que el propio Arrinda ha obviado de forma inútil”, censura la juez. Cobelo admitió por entonces que se le adeudaban 82.267F. Los Arrinda y Cobelo tenían un entramado de empresas que facturaban al club: Sport Gestion, otra que crearon en 2011 (SG Group 11, con Cobelo y Olatz como socios al 50%) y Thethao Events (ésta sí ganó al club un juicio por impagos hace unos meses). Este proceso es sólo parte de los desmanes que están empezando a aflorar de la anterior gestión. Al nuevo consejo le llovieron llamadas de acreedores nada más aterrizar, algunos sin acreditación mediante facturas y ateniéndose a compromisos verbales con Arrinda, del tipo: una empresa de mudanzas con un volumen importante de dinero facturado y en algún caso por servicios a una vivienda propiedad de Gorka. El último año en el club firmó absurdos bonus por permanencia a los jugadores. Lo peor del tema es el dineral público que llegó durante muchos años al club a través de la Diputación de Bizkaia cuando José Luis Bilbao estaba al frente sin ningún control posterior sobre el destino de esas subvenciones.

Ayer también se celebró el juicio por el impago de salarios a Katsikaris, al que Gorka envió al fondo de una lista de acreedores cuando la agencia del técnico rompió lazos con Sport Gestion. “Esperaba algo más humano”, sostiene Fotis, actualmente en el Murcia y que visita Miribilla el domingo.