BULLS 90-HAWKS 113

Los Bulls de Gasol abucheados, barridos... y séptimos del Este

El español fue el mejor (20+10+5) de un equipo lleno de lesiones y malas sensaciones, que suma 13 derrotas en 18 partidos y cinco seguidas en casa por primera vez desde 2010.

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La realidad es cruda: Chicago Bulls llega al All Star con 13 partidos perdidos de sus últimos 18, con más de 100 puntos encajados en los últimos siete (otra seña de identidad que se ha llevado el viento) y con cinco derrotas consecutivas en su pista por primera vez desde marzo de 2010. Es decir, lo nunca visto en el lustro a las órdenes de Tom Thibodeau, de cuyo legado no queda casi nada de lo bueno y poco de lo malo, que tampoco ha sido sustituido por nada digno de mención. Así están los Bulls tras ser barridos en su pista por los Hawks (90-113), quedándose sin objetivos: 27-25, séptimos en el Este, con el noveno (y la caída de los playoffs) a un partido. Y encajando más puntos (101,9) de los que anotan (101,2).

La cuestión es física y espiritual, integral. No están Butler, Noah y Mirotic. Dunleavy juega todavía con lo justo y Gibson se fue con una lesión en un pie aunque pudo irse antes, expulsado tras una técnica. Los Bulls se pasaron más tiempo protestando y desairándose que compitiendo. Últimamente, apenas lo hacen, esta vez aplastados por unos Hawks con sus propios problemas y casi todo el proyecto en el escaparate del mercado invernal. Aburridos de sí mismos, sin vida, se está convirtiendo en rutina que los Bulls se vayan de los partidos de forma progresiva o abrupta, encajando parciales demoledores muy al final o a veces antes de los cuchillos largos. Esta vez pasaron del 51-53 nada más comenzar el tercer cuarto al 53-68 menos de cuatro minutos después. A partir de ahí, nadie promovió una rebelión, nadie tuvo energía para cambiar el partido y todo fueron oídos para un United Center que abucheó hasta, también, aburrirse.

Después de esforzarse menos que su rival, de dejarse ir sin inmutarse demasiado, para este equipo desnortado el parón del All Star será una bendición. Al menos para perderse un poco de vista los unos a los otros y para recuperar a alguno de los lesionados. Veremos si para promover una reacción que les conduzca con cierta dignidad hacia los playoffs. Mientras, el mejor volvió a ser Pau Gasol (14 puntos y 7 rebotes al descanso, 20+10+5 asistencias al final), al menos mientras hubo partido. La última resistencia, si es que la hubo, fueron los tiros de McDermott (17 puntos), que tampoco dio para más. Ni Derrick Rose (14 puntos… con 18 tiros). Los Hawks firmaron una faena de aliño con ocho jugadores en dobles figuras de anotación y buenos partidos (¿será esa la mejor noticia en Atlanta?) de algunos de los que están en el mercado: 18 puntos de Schroder, 17 y 8 asistencias de Teague, 16 de Horford… Los de Georgia (31-24) siguen a un ritmo que desde luego no les convierte en el candidato a hacer cosas que parecían hace un año por estas fechas. Pero son, claro, la viva imagen de la salud si lo que tienen enfrente es a estos Bulls mortecinos. Abatidos, abucheados, acalambrados y aburridos. Ahora mismo, un equipo sin rumbo.