Los Pelicans se dieron el gustazo de ganar a los Jazz (100-96), uno de los equipos que le han adelantado por la derecha y que le tienen a seis victorias, un mundo, de repetir visita a los playoffs. Al menos los de NOLA se resisten a tirar la temporada, otra más marcada por una plaga casi bíblica de lesiones, y van sumando triunfos que les tienen en 20-32 por el 26-26 de unos Jazz que habían ganado siete partidos seguidos antes de esta derrota.

El partido llegó empatado (92-92) al último minuto, momento en el que apareció Anthony Davis en un ejercicio de confianza en sí mismo notable. En un choque en el que había fallado 8 de sus 13 primeros tiros, acertó con dos canastas (una de ellas, un triple) para decidir el triunfo (97-93). Terminó con 19 puntos, 4 rebotse y 5 asistencias después de un duelo muy sufrido ante Favor (29 puntos, 6 rebotes) y Gobert (12+14).

Hayward anotó 21 puntos y Hood, 15. Pero ganaron los Pelicans gracias al liderazgo final de AD y a 21 puntos y 9 asistencias de Holiday, que emerge justo cuando su equipo se ha quedado sin Tyreke Evans. Pero las cosas casi siempre son así en Nueva Orleans: nunca parecen estar todos en el momento oportuno y el lugar adecuado.