Marcus Landry es un jugador con mucha energía en la cancha, pero fuera de ella es un padre de familia, cariñoso con sus tres hijos y su mujer. Curioso contraste.

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Cuando acaba el juego, la vida te marca otra cosa, así lo entiendo.

Qué le aportó a su vida su esposa Efueko Osagie, que también fue jugadora de baloncesto? Con 22 años tenían ya tres hijos, un cambio total en su vida.

Me aportó mucho a mi vida, me ha dado lo más importante que tengo, que son tres hijos preciosos, es superpositiva, trabajamos muy bien juntos. Somos un buen equipo, cambió mi vida para mejor. Era jugadora de baloncesto, solemos hablar del juego. Hace que todo sea más fácil para mí completó mi vida.

Ahora están en Donostia todos ¿no?

Sí, así es, y que estén a mi lado, me encanta, me marca la diferencia.

Lleva 17 equipos en su carrera y con 30 años ha jugado en seis países: China, Venezuela, España, Francia…

Te acostumbras a estar fuera de tu país siempre… aprendo diferentes culturas y puedo dedicarme a lo que me gusta. Mis hijos viven experiencias que otros niños americanos no llegarán a tener jamás.

¿Le hubiera gustado asentarse en la NBA? Tiene un hermano, Carl, que juega allí (Philadelphia Sixers).

Sí, he jugado en la NBA unos años, pero estoy feliz de haber competido con otros equipos. España me gusta. Me encantaría volver a la NBA, pero estoy satisfecho con haber hecho carrera y haber tenido cierta importancia en la ACB.

Este verano estuvo en los Milwaukee Bucks, en la ciudad donde nació, pero la competencia de Antetokounmpo, Jabari Parker y Chris Copeland era enorme, ¿no?

Para todo jugador estar en el equipo de tu ciudad es un sueño. Era difícil quedarse.

Llegó a coincidir con Sergio Rodríguez en los Knicks.

Me gusta mucho, es genial y muy imaginativo, con mucho talento. Fue un placer estar a su lado. Me habría gustado pasar más tiempo con él.

Y con Willy Hernangómez estuvo en Sevilla.

Si se lo propone, llegará a la NBA. Tiene un gran futuro. Sigue siendo muy listo.

Deme un nombre de un fichaje del Madrid que haría.

Me gustan todos, pero especialmente Hernangómez.

¿Qué le parece el Madrid?

Siempre es favorito a todo. Nos da prestigio a sus rivales. Nunca sabes, algún día igual puedo estar con ellos (risas).

¿Qué le ha aportado la Liga Endesa a su carrera?

Muchísimo. Todos sabemos que es la segunda mejor Liga del mundo, tras la NBA, así que haber actuado aquí impone respeto cuando sales por ahí. Es una Liga dura. Haber jugado poder haber hecho carrera dice mucho de quién soy como persona y como jugador.

Ha estado en Sevilla, Zaragoza, Manresa y San Sebastián… ¿le gusta España?

Me encanta, mucho.

Parece lento y a veces algo pesado, pero luego juega muy rápido y ha triunfado en España. Una vez dijo que podía jugar desde el puesto de base al de cinco, ¿ese es el secreto de su éxito en Gipuzkoa?

He jugado en muchas posiciones en mi carrera. Una de las cosas que me hace interesante para muchos equipos es esa polivalencia, sí.

Es un trabajador silencioso ¿es esa es su otra gran virtud?

Lo que tengo que hacer es jugar, no hacer tonterías. Me gusta que mis habilidades hablen por mí, no necesito hacer ruido para demostrar cosas. Se trata de hacer valer el equipo, no dar la nota. Estar tranquilo,

¿Cree que el Gipuzkoa mantendrá la categoría?

Por supuesto, estamos trabajando mucho, el equipo lo está haciendo muy bien; ya no somos últimos y por supuesto si seguimos así, se mantendrá la categoría. Me han traído para eso y estamos en ello.

Fue campeón del Concurso de Triples del All-Star de la D-League, ¿qué le gustaría hacer antes de acabar su carrera?

Me gustaría hacer muchas cosas diferentes, viajar, abrir mi propia escuela y tener tiempo para cuidar de mi familia.

Creo que sabe tocar la guitarra. ¿Se dedicará a ello en el futuro?

Sí, toco el bajo. Tengo muchos talentos. Si algo no funciona, busco otra cosa. Quizás me dedique a ello.