Anthony Bennett no seguirá en los Raptors. "Desafortunadamente hemos tomado la decisión de cortarlo. Está en ese momento en el que necesita jugar", anunció este martes Masai Ujiri, general manager de la franquicia canadiense, que anunció, además, el fichaje de Jason Thompson.

En 2013 se convirtió el primer canadiense en ser elegido número uno del Draft. Por los Cavs, aunque su primer año no fue digno de un número 1: 52 partidos en los que promedió 4,2 puntos y 3 rebotes en algo más de 12 minutos de media. Cierto que se lesionó en la pretemporada y cogió algunos kilos de más, pero su primera canasta llegó a la 16ª (comenzó la campaña con 0 de 15). "Sé que no ha sido mi mejor temporada", diría después el canadiense que se marchó en el verano de 2014 a Minnesota incluido en el traspaso por Kevin Love. "Ha sido un verano de locos, pero ahora todo está bien", diría Bennett al aterrizar en unos Wolves que habían drafteado ese verano a otro número uno, Andrew Wiggins.

El nuevo jugador en la franquicia de Minnesota reconoció que le fallaba la vista. "Me operé de la vista porque tenía serios problemas. No venía nada que estuviera un poco lejos. Ahora veo el marcador y las jugadas que marca el entrenador en la pizarra", decía ese verano tras haber firmado un pobre 24% en triples el curso anterior. Sus números mejoraron algo en su segunda temporada en la NBA, aunque no lo sufiente: 5,2 tantos, 3,8 rechaces y 0,5 robos (con un 30,4% en tiros de larga distancia). Los Wolves no estaban satisfechos y le cortaron antes de que comenzara la temporada. Al canadiense no le costó mucho encontrar nuevo equipo y se fue a su Canadá natal para jugar con los Raptors. Su periplo allí ha durado poco más de cinco meses. En este tiempo ha promediado 1,5 puntos y 0,9 rebotes. Insuficiente para quedarse en un equipo que pelea por mandar en el Este.