Aunque no estaba bajo los focos de la NBA, Baron Davis fue uno de los grandes protagonistas de la jornada por su vistoso, podría decirse incluso brillante, debut en la NBA Development League (D-League). El veterano base, un auténtico jugón, de los mejores en su puesto de los últimos tiempos, decidió abandonar un retiro que duraba ya cuatro años para volver a disfrutar en una cancha de baloncesto. Lo hizo en las filas de los Delaware 87ers, equipo vinculado a la franquicia de los Sixers, y no dejó indiferente a nadie. En apenas 19 minutos de juego anotó 8 puntos, mate en carrera y dos triples incluidos, repartió 4 asistencias, alguna de ellas de bella factura, y robó 3 balones. Es cierto que erró otros siete tiros de tres, pero su actuación no está nada mal para un señor de cierta edad que no jugaba a un nivel profesional desde 2012, entregado a su esposa y dos niños y a la producción de un documental.

Davis, con buena presencia física y, sobre todo, muy contento, no pudo evitar la derrota de su equipo ante los Iowa Energy (106-114), pero eso era lo de menos. Su primera canasta fue un mate, luego montó un alley-oop y acto seguido clavó su primer triple. B-Diddy confesó que estaba nervioso: "Dormí mal desde un par de días antes del partido. Es como estar golosón y entrar en una tienda de dulces. Cuando llevas un año sin ir, te los quieres comer todos".

El exjugador de Charlotte, New Orleans, Warriors, Clippers, Cavaliers y Knicks, con 13 temporadas de experiencia en la NBA, no se plantea abiertamente una vuelta a la mejor Liga del mundo, solo quiere ir paso a paso: "Quiero empezar desde abajo e ir tan lejos como pueda. El objetivo final es llegar lo más lejos que sea posible, utilizar este último mes de la temporada para estar en mejor forma, hacer algunos buenos partidos para tener un buen verano y terminar en algún training camp (un equipo de la NBA) o jugando alguna Liga de verano. Ahora no hay presión. No tengo que responder ante nadie. Estoy aquí como espíritu libre".