Antes del inicio de la temporada, todo el mundo habría puesto a Anthony Davis por delante de DeMarcus Cousins en cualquier ranking de jugadores. Pero el curso del ala-pívot, más discreto de lo esperado en lo individual y desastroso en lo colectivo, ha hecho que se haya hablado más de un Cousins que pasa por ser el mejor pívot de la NBA, al menos en esta campaña, a pesar de que siga con un tira y afloja que parece destinado a terminar de la peor manera con la franquicia que le drafteó, Sacramento Kings.

Davis (que tiene casi tres años menos, además) puede al menos presumir que sus Pelicans, que casi no han tenido alegrías, han ganado la serie de la temporada a los Kings por 4-0, el último triunfo incontestable y en Sacramento: 108-123. La ventaja llegó a ser de 27 puntos (91-118) y Davis terminó con 27 puntos y 14 rebotes por el 20+12 de Cousins. Los Kings, otra vez un coladero cerca del aro, recibieron también 29 puntos de Ryan Anderson (5/6 en triples). Suficiente ante la eterna disfuncionalidad de los de George Karl, que además jugaron sin Rajon Rondo. 26-41 para los Kings y 25-42 para los Pelicans. Al final, y cada uno por unas razones distintas, dos equipos casi con el mismo balance y sensaciones muy decepcionantes.