Tras su derrota en Vitoria en un épico partido con polémica final, el Real Madrid complicó unas cuentas que pasan en cualquier caso con ganar al Khimki en el Barclaycard Center para estar en cuartos de final de la Euroliga. El campeón tiene que ganar pero no ni así estará clasificado en todos los casos y tendrá que mirar otros resultados de reojo. Eso sí, una cosa ya es segura antes de la dramática última jornada: si se clasifica, su rival en el playoff de cuartos será el Fenerbahçe.

El equipo turco terminará primero del Grupo E porque tiene dos partidos de ventaja con respecto al Lokomotiv Kuban (11-2 por 9-4). Y los blancos solo pueden ser cuartos tras su última derrota, ya que antes de jugar en Vitoria podían ser incluso segundos y tener ventaja de campo en la serie a cinco partidos. Eso derecho será para CSKA y Laboral Kutxa. Así que el campeón, siempre y cuando se clasifique (su único objetivo ahora mismo), tendrá un cruce infernal ante el rival al que ganó en semifinales de la pasada Final Four, en Madrid, y en un choque entre dos de los equipos que partían como favoritos claros al título cuando comenzó la competición.

Fenerbahçe y Real Madrid ya compartieron grupo en la primera fase. Primero en el Ulker Sports Arena con triunfo local (77-66) y después en Madrid, donde los de Laso se jugaban la clasificación para el Top-16 y no fallaron (80-73). En total, el Madrid tiene un balance muy favorable contra el equipo turco: 13-4 contando la citada Final Four 2015 (96-87 para un Madrid muy superior). En Estambul el Real Madrid ha ganado cinco veces y solo ha perdido 3 (5-3) y en su pista la ventaja es mucho mayor (7-1).

Ahora, eso sí, el equipo de Laso se mediría a un equipazo pensado para no quedarse en semifinales y luchar por el campeonato a las órdenes de Zeljko Obradovic, viejo conocido de la afición madridista. El Fenerbahçe tendrá una ventaja que puede ser crucial: el pívot checo Jan Vesely, uno de los jugadores más determinantes de la Euroliga, no podrá jugar la eliminatoria por una lesión en el tendón de Aquiles. Obradovic maneja un equipo sin la profundidad de otros grandes pero con un nivel extraordinario en los principales de su rotación: los ex NBA Gigi Datome, Ekpe Udoh y Pero Antic, un jugador cuyo futuro está en EE UU como Bogdan Bogdanovic y un estadounidense eléctrico como Bobby Dixon. Además de Sloukas, Mahmutoglu… Con esos mimbres, aunque sin Vesely (12 puntos, 7 rebotes y 15,6 de valoración por partido en la Euroliga), y con un ambiente infernal en su pista y el factor Obradovic, el Real Madrid necesitaría su mejor versión para jugar su cuarta Final Four consecutiva. Pero ahora mismo, claro, no puede pensar en eso: solo en ganar al Khimki y en que el resto de resultados no le den la espalda. No es poco.