CLIPPERS 114-WIZARDS 109

Y Blake Griffin regresó: primer partido desde Navidad (6+5+4)

El ala-pívot por fin volvió a jugar, más de tres meses después de su último partido. Los Clippers ganaron a unos Wizards deprimidos con un gran Chris Paul (27+12).

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Blake Griffin no jugaba desde Navidad, una eternidad en la que ha pasado por problemas musculares serios (que él mismo acaba de reconocer que no están del todo superados) y por el escrutinio del ojo público tras romperse una mano por pegar un puñetazo a un miembro del staff de los Clippers. Griffin, su regreso y en qué condiciones se produciría, era la gran incógnita a resolver por un equipo que necesita saber si tiene opciones de llegar más lejos de lo habitual (segunda ronda como techo) en un Oeste por el que circulan Warriors y Spurs. Estos Warriors y estos Spurs. La respuesta es que a priori tienen muy, muy pocas... pero que estas pasan en todo caso por tener a Griffin integrado y en forma.

Contra los Wizards (114-109 final) Griffin volvió a jugar, por fin. Estuvo en pista más de 24 minutos, anotó 6 puntos (2/7 en tiros), cogió 5 rebotes y repartió 4 asistencias. Y volvió oficialmente al completar un alley-oop de Chris Paul para un mate que significó su primera canasta de 2016, casi en el ecuador del primer cuarto y para poner un 16-6 que abría una brecha que llegó hasta el 51-34. A partir de ahí llegó una infructuosa resistencia visitante liderada por Marcin Gortat (21 puntos, 7 rebotes), que se ha quejado en los últimos días de la actitud derrotista de algunos de sus compañeros.

Pero cada vez que los Wizards se acercaron, se quedaron sin dar el golpe de gracia: en el tercer cuarto llegaron a un 60-59 y se vieron de repente 68-59. A falta de 48 segundos estaban 110-107 tras triple de John Wall pero les mató otro triple, el decisivo de un Chris Paul estelar: 27 puntos, 12 asistencias. Redick anotó 18 puntos y entre los sumaron 45, más que el backcourt de los Wizards: 15 y 13 asistencias de Wall y 8 de un Bradley Beal que firmó un 2/16 en tiros y que está en el centro de ese malestar que hay en una franquicia que está en 37-40 y que se ha quedado a años luz de sus objetivos en un año en el que soñaban, antes del inicio de curso, con ser alternativa en el Este.