Ryan Arcidiacono es el capitán de Villanova, un senior (cuatro años) que sangra azul Wildcat desde pequeñito y que lidera a los suyos con la ayuda de Hart, Jenkings, Ochefu y Brunson. El base, cuyos padres se conocieron en Villanova (su padre jugaba al football) y que soñaba con jugar en la universidad desde que era crío, cumplió 22 años el día que eliminaron a Kansas en la Final Regional y se convirtió en una de las caras del torneo por su liderazgo y su sangre fría en los momentos clave.

No se trata de un gran anotador, ni tampoco de un jugador del que se pueda esperar un gran futuro NBA. Su elección en el próximo draft de la NBA es, hasta la final de esta madrugada, una quimera. Según el Mock Draft (las previsiones de a quién elegirá cada franquicia), no sería seleccionado en ninguno de los 60 picks de los que está compuesto el draft de la Liga estadounidense. Pero al margen de eso, la suya es una de esas historias magníficas que nos deja cada año el deporte universitario estadounidense. Una vida como Wildcat que pone su punto final, en lo deportivo, con un título de la NCAA (el segundo en la historia de la universidad) y el galardón como MVP de la final. No está mal para un jugador sin hueco en la NBA.

"No puedo describir lo que siento con lo sucedido en la recta final de mi experiencia como universitario", declaró Arcidiano de 22 años. "A pesar de ver como nos empataron a falta de cinco segundo para el final, teníamos la confianza que íbamos a hacer algo grande".