La situación es límite para los Chicago Bulls. Bueno, más que límite es ya desesperante. Les quedan cuatro partidos para acabar la regular season y se encuentran, tras la derrota de esta madrugada frente a los Memphis Grizzlies (108-92), a dos partidos del octavo puesto, en manos de unos Detroit Pistons que marcan la última plaza para la postemporada y que habían caído en su viaje a Miami contra los Heat. A dos y medio se sitúan los Indiana Pacers, en la séptima posición. Los de Vogel reciben hoy a los Cavaliers. Un panorama muy desagradable para un proyecto que en el mes de enero competía con los Cavs por la primera posición del Este y que tenía que estar, sí o sí, en la lucha final con los ocho mejores de la Conferencia. Pero nada es ya como se planeaba.

Y la puntilla puede haber llegado de un equipo sin nada y que con este triunfo corta una racha de seis derrotas consecutivas. Con cinco lesiones. Sin Marc Gasol y Mike Conley. Con Chris Andersen y Jordan Farmar de pívot y base titular, respectivamente. No es lo que se llama un conjunto de primer nivel con el que hay que caer y más cuando te estás jugando la temporada y tienes el agua al cuello. Pero cuando las cosas no salen, no salen. Es como gritar a la lluvia para que deje de caer: de locos. No hubo nadie que representase mejor ese quiero y no puedo que Jimmy Butler. Jugador franquicia y principal referente en el ataque, tuvo uno de sus peores días este curso. Finalizó con sólo 5 puntos (2/8 en tiros de campo). No anotó hasta el minuto 31. "Es decepcionante. Me siento decepcionado de mí mismo porque sé que soy demasiado bueno para jugar de esta forma", señaló el escolta tras un partido en el que Rose acabó 12 tantos (5/15) y Pau Gasol con 17 (7/13) y 10 rebotes. El internacional español acabó con el peor más/menos de todos los que saltaron a la cancha: -22.

Todo ello se fue acumulando y la bola de nieve se hizo imparable. Del 23-21 del primer cuarto, se llegó ya al 54-44 al descanso. El sablazo se produjo en el tercer periodo. Golpe a golpe, los Grizzlies se pusieron 22 arriba (83-61) ante unos Bulls noqueados. Un inconmensurable Zach Randolph machacaba con 27 puntos y 10 rebotes. El pívot, el mejor en el FedEx Forum, tuvo en Vince Carter (17), Barnes (16) y Farmar (15) a grandes ayudantes, pero ninguno como Tony Allen. El escolta, el mejor defensor al que se ha enfrentado Kobe Bryant, fue el impulsor de una defensa que provocó 20 pérdidas en los Bulls (permitió 38 puntos a los de Memphis) con 13 robos para ellos. Cuatro fueron suyos. Él fue el hombre que se emparejó con Butler. 

A pesar de tenerlo todo perdido al finalizar el tercer cuarto, el equipo de Hoiberg trató de reaccionar. Con unos buenos minutos, Chicago llegó a situarse por dos veces a 11 de diferencia. Primero con triple de Mirotic (91-80) y luego con dos tiros libres de Felicio (93-82). El hispano-montenegrino resultó de nuevo el máximo anotador de los suyos, pero sus 20 tantos (6/9 desde el perímetro) no fueron en esta ocasión salvadores. Un parcial 8-3 final (101-85) dejó en nada los arrebatos visitantes y permite a Memphis seguir exprimiendo todo lo que tiene para tratar de hacer un papel digno en unos playoffs que los Bulls pueden ver desde la tele. Joerger tiene un estilo que trasmite a todos y todos lo llevan a cabo. Algo que no ha logrado Hoiberg. Y eso se paga, claro.