El más difícil todavía. Si Baskonia, que tiene un equipo intenso pero muy corto, tenía que hacer frente a un Panathinaikos con dieciséis efectivos en nómina, ahora hay que sumar a Adam Hanga a la lista de jugadores tocados. Todo hace indicar que la microrrotura de fibras le descarta, como mínimo, para el partido de hoy en el Buesa. Veremos cómo evoluciona de cara a la semana próxima en el OAKA de Atenas.

Shengelia se operó de menisco en la Copa del Rey de Galicia y Causeur no acaba de resolver su problema de espalda aunque puede comparecer en cualquier momento. En ese sentido, los clubes juegan al despiste con sus jugadores tocados. De hecho, a Hanga se le hicieron pruebas ayer jueves y lo único que se conoce es que es duda. El jugador aseguró que tiene intención de comparecer en el partido pero, si el diagnóstico es realmente de una pequeña rotura de fibras, es imposible.

En caso de jugar, se arriesga a hacerse una avería importante. La clave en estos casos es dejar que la zona cicatrice y que la herida del isquio se cure. Tras la ecografía y la resonancia, el club ha puesto manos a la obra con los ultrasonidos, láser y demás métodos de rehabilitación recuperadora. Al ser un problema muscular no está claro si se ha recurrido o no al plasma rico en factores de crecimiento. Todo, en cualquier caso, para que regrese cuanto antes y esté a disposición de Velimir Perasovic.

El Panathinaikos tiene que cambiar la dinámica de su juego para tener opciones en el segundo partido. El miércoles se encomendó demasiado a Raduljica aunque Haynes y Calathes sí aparecieron en el último cuarto para poner a su equipo a 13 puntos de Baskonia. Shasha Djordjevic se quedó atónito con el comportamiento de su equipo. Exige intensidad porque tiene rotación pero los del trébol estuvieron muy blandos en el primer compromiso de la serie de cuartos de final.