HORNETS 96-HEAT 80 (1-2)

Los Hornets aparecen... con el consejo de Jordan y Ewing

Dos mitos, ahora dueño y asistente respectivamente, aconsejan a Clifford un órdago a grande que resultó: los interiores de los Hornets dominaron y pusieron el 1-2.

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La última victoria, hasta ayer, de Charlotte Hornets en playoffs había llegado el 9 de mayo de 2002. Hace casi catorce años: todavía no eran los Bobcats antes de volver a ser los Hornets, fue ante los Nets en semifinales del Este (115-97 para poner el 1-2 antes de perder 1-4) y el mejor jugador del partido fue Baron Davis. Michael Jordan, ahora propietario del equipo, todavía jugaba (en los Wizards ya, eso sí). Y desde entonces los de Carolina llevaban a cuestas dos 0-4 (2010 y 2014 ante Magic y Heat) y dos derrotas, también en Florida, en esta primera ronda. Por eso la explosión de júbilo de todos, Jordan incluido, cuando este 96-80 rompió el maleficio y de paso, que en realidad es lo importante, le cambió el aire a una eliminatoria que salía muy inclinada de Miami. Los Heat siguen siendo muy favoritos… pero les va a tocar sudar. Mañana, en el cuarto, el Time Warner Cable Arena será una caldera, ahora que han visto que se pueden ganar partidos de playoffs. Otro triunfo más y la cosa se pondrá interesante.

Kemba Walker anotó 17 puntos y repartió 7 asistencias, y Jeremy Lin se fue a 18+4. Pero la clave estuvo en los cambios introducidos por Steve Clifford, que hizo de la necesidad virtud: sin Nico Batum, respondió a esos quintetos llenos de aleros de los Heat con un equipo muy grande y en versión old school: Marvin Williams corrido al puesto de tres, Frank Kamisnky titular en el cuatro y Al Jefferson en el cinco con Cody Zeller como séptimo hombre. Resultado: 10 puntos y 8 rebotes de Jefferson, 12+8 de Zeller, 12+14 de Williams y… y 15+6 de Kaminsky. The Tank, en la versión Wisconsin que le hará ser un buen jugador NBA casi con toda seguridad, anotó 13 puntos en un tercer cuarto en el que se desataron los infiernos en Charlotte bajo el lema enter the swarm: adéntrate en el enjambre. En poco más de 8 minutos se pasó del 51-51 al 71-53, con un parcial de 20-2 (y 18-0) articulado por las jugadas al poste de Kamisnky, porque ese enjambre de avispas (hornets) era en realidad una montaña de centímetros para unos Heat erráticos, que encajaron otro 9-2 ya definitivo para abrir el último cuarto (84-60, máxima antes del 96-80 final).

Clifford propició la catarsis de su equipo escuchando a dos leyendas: el dueño Jordan y el asistente Patrick Ewing. Los dos le pidieron que respondiera con tipos grandes y juego al poste, baloncesto de toda la vida, ante unos Heat que pasaron de anotar 123 y 115 puntos en los dos primeros a 80. De un 58% en tiros en su pista a un 34%. Y que perdieron 15 balones por los cuatro, ¡cuatro!, de su rival. Deng firmó un 5/6 en triples (19 puntos, 8 rebotes) pero entre Joe Johnson, Dwyane Wade y Goran Dragic necesitaron 44 tiros para sumar 35 puntos. Whiteside terminó con 13 puntos, 18 rebotes y 4 tapones pero combatió contra las faltas personales durante casi toda la noche. Los Hornets han encontrado una manera de responder, siguen con vida a la espera del cuarto partido y ahora los Heat de Spoelstra tienen que subir revoluciones otra vez: adéntrate en el enjambre.