HOUSTON ROCKETS 92-GOLDEN STATE WARRIORS 121

La lesión de Curry espolea a los Warriors: +29 en Texas

Klay Thompson y Draymond Green suplieron la ausencia del base (esguince de rodilla en el segundo cuarto) con un gran tercer cuarto: 41 puntos y 8 triples.

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NBA

Esta primera ronda de Playoffs ante los Houston Rockets se está convirtiendo en una mala película de terror para Golden State Warriors. No por los resultados, pues los texanos, sus rivales, volvieron a caer arrasados por 29 puntos (92-121) este domingo, colocando la serie 3-1, sino por Stephen Curry. El base se lesionó nuevamente después de superar un esguince de tobillo. Esta vez fue la rodilla derecha la que quedó dañada tras resbalarse con el sudor de Motiejunas al finalizar el segundo cuarto. No volvió a jugar después del descanso y este lunes se someterá a pruebas médicas para conocer el alcance de la lesión: fuera lo que resta de eliminatoria ante los Rockets o, incluso, más tiempo alejado de las canchas. Lo dicho, una lamentable película de terror.

La lesión llegó en el peor momento posible para los Warriors o al menos eso parecía. Hasta comenzar el tercer cuarto, el equipo de Steve Kerr no encontraba placidez sobre la cancha y no lograba poner la quinta marcha para alejarse de unos texanos que luchan por sobrevivir. Harden, Howard y Beasley no mostraban pánico por la vuelta de Curry tras perderse el tercer partido, el que ganaron in extremis con una canasta (con falta) de La Barba. Empataron al finalizar el primer cuarto (29-29) y empataron al terminar el segundo (59-59). Harden y Beasley llevaba 13 tantos. Howard, 14 y 10 rebotes. Sólo los triples (9/20 por 2/13) y las 13 pérdidas de los Rockets daban un respiro a los de La Bahía que buscaban desesperados la mejor versión de Curry (5 pérdidas y 6 tantos con 1/7 desde el perímetro). Entonces llegó la jugada de la lesión y todo cambió.

Una misteriosa fuerza espoleó a los de Steve Kerr cuando vieron a su estrella, al actual MVP, dirigirse a los vestuarios con las manos en la cabeza. Lloró cuando dijeron que no podía jugar, confesó Draymond Green, su amigo y el espíritu de Golden State en un tercer cuarto para enmarcar. Avasallar no es la palabra exacta. Demoler sin compasión ni corazón se acerca un poco más a lo que hicieron: del 56-56 al 76-97 en 12 minutos. 41 puntos en un periodo que comenzó con las dudas por las faltas de los hombres altos (Bogut vio la quinta con rapidez) y terminó con el récord de triples de la franquicia en un cuarto de Playoffs. Fueron 8/13 con 4 Klay Thompson, 3 de Green y uno de Barnes.

El primero hizo 12 puntos en esta etapa del partido (23); el segundo, 13 (18) con ocho seguidos que dejaron el Toyota Center en un silencia sepulcral: acababan de sentir un torbellino que sentó a Harden (18) en el banquillo con aún ocho minutos por jugarse de partido. Los Warriors se quedan a una victoria de llegar a las semifinales de la Conferencia Oeste y el siguiente encuentro es en Oakland. Debería ser sencillo, pero hay una nube negra sobre ellos. Lo mejor será que no adelantemos nada y esperemos que Curry vuelva pronto, por su bien, el de su equipo y el nuestro, claro.