El MoraBanc Andorra ha roto una racha de cinco derrotas consecutivas con una victoria convincente ante el FIATC Joventut (96-65), al que desarboló con la superioridad de Shermadini en la zona -26 puntos y 36 de valoración- y mucho acierto desde el triple -10 de 19-.

Ambos equipos llegaban empatados al duelo y los del Principado pasan delante de los badaloneses, que no pudieron contar con Brandon Paul, uno de sus mejores hombres, ni Rakovic, ambos lesionados.

El Andorra empezó con buenos ajustes defensivos y provocando que el Joventut tuviera posesiones al límite, pero la larga distancia fue dando vida a los de Badalona, con un Mallet inspirado.

Un dos más uno de Vidal llevó un 14-20 en el marcador a falta de tres minutos. Los locales consiguieron igualar de nuevo las cosas con mayor intensidad para complicar la circulación del rival y el primer cuarto acabó con un ajustado 22-23.

No cambió el panorama hasta el descanso con un Joventut que como suele hacer iba a impulsarse o a caer con el triple y un Andorra que alternaba fases de brillo con momentos de atasco.

Un triple de Barrera daba un 31-36 a los de Badalona, pero el gran trabajo en la pintura de Shermadini -al descanso llevaba 19 puntos y 25 de valoración- devolvía la iniciativa al equipo andorrano, que consiguió un parcial 10-0. Vidal lo rompió con dos puntos para un 41-38 antes de que los equipos se marcharan al vestuario.

La segunda mitad fue nefasta para los visitantes y brillante para los locales. Los triples no carburaron para el Joventut en un tercer cuarto en el que el Andorra cogió diferencias.

Después de una bandeja fácil fallada por Barrera y un triple posterior de Schreiner, el Andorra se puso ocho puntos por delante (54-46).

No le había resultado eficaz el juego rápido al equipo visitante, que perdió demasiados balones, y en cambio el Andorra pudo encontrar contraataques y buenas posiciones de tiro. Otro triple de Schreiner puso más distancia ante un Joventut que se quedó clavado en 46 puntos y encajó un parcial de 13-0.

Los doce puntos de ventaja que lucían los locales al final del tercer acto (65-53) se ampliaron en el último. El Andorra había afinado desde el perímetro y tenía en la presencia de Shermadini un argumento de peso para dañar la zona de un Joventut colapsado.

Veintidós puntos de diferencia con tres minutos transcurridos (77-55) que concedían a los locales la posibilidad de un final plácido. Así fue ante un Joventut roto que se recibió 31 puntos en el último cuarto y acabó con 9 de 32 en triples.