WARRIORS 110 - BLAZERS 99 (2-0)

El huracán final de los Warriors pone el 2-0 a la espera de Curry

Los Blazers llegaron a dominar por 17 (28-45), pero Klay Thompson reaccionó a tiempo. Lillard y McCollum desaparecieron en el último cuarto. Decisiva aparición de Ezeli.

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Nunca des por muertos a los Warriors. Esa es la principal lección que nos dejó este segundo asalto entre los actuales campeones y los Blazers. El 110-99 final puede resultar engañoso para quien no viese el partido. Más que nada porque Golden State no tomó la delantera en el marcador hasta los últimos 5 minutos y medio gracias a un triple de Klay Thompson. A partir de ese instante, Portland se derrumbó víctima de su inexperiencia. El notable acierto exterior que habían mostrado desapareció. Todo lo contrario que los locales, quienes en varias fases habían logrado sobrevivir de las pérdidas del rival. Aunque lograron volver a ser los Warriors. Justo a tiempo para desatar un huracán que cerró el cuarto decisivo con un demoledor 34-12 que sirvió para poner el 2-0 en la serie. Y sin un Stephen Curry (está tratándose con plasma la rodilla derecha) que empezó la noche sufriendo para acabar divirtiéndose como un niño pequeño desde el banquillo con el festival final de los suyos. Puede que el sufrimiento haya concluido para él y pueda regresar ya en próximo encuentro (en la madrugada del sábado al domingo). Con un 1-1 y las dos próximas citas en Portland casi con seguridad que forzaría para el tercero. Pero con la ventaja que maneja Golden State, quizá sería lo más conveniente no forzarle. Veremos...

Sobre todo porque sus compañeros volvieron a demostrar que son un equipo mayúsculo que ha aprendido a jugar sin ese factor diferencial llamado Curry. Mucho mérito. El mismo merecimiento que hay que otorgar a los 38 primeros minutos de los Blazers. Terry Stotts comentaba en la previa que si al término del primer cuarto perdían por menos de 20 puntos ya habrían mejorado respecto al primer duelo. Vaya si lo hicieron. Saltaron al parqué del Oracle con la lección bien aprendida. Con un gran derroche de intensidad, maniataron a Golden State en defensa y de la mano de unos inspirados McCollum (22 tantos) y Aminu pusieron un 5-19 de salida que únicamente la salida de Iguodala (15 tantos y un +11 con él en pista para demostrar que los recursos de la Dub Nation son ilimitados) consiguió mantener: 21-34 al término de los 12 primeros minutos.

El arranque del segundo acto continuó por los mismos derroteros. Con 'Iggy' ejerciendo de apagafuegos mientras que Portland continuaba sumando prácticamente en cada ataque. Así se llegó al 28-45 que estableció, en el minuto 16, la máxima renta visitante de la noche: +17. Con la mirilla de Klay Thompson y Draymond Green desenfocada, fueron Harrison Barnes (muy buenos minutos mediado este parcial) e Ian Clark los que dieron un paso al frente. En cosa de cinco minutos, Golden State despertó: parcial de 18-4. Pero cuando más superados se veían, dos triples consecutivos de Aminu y Lillard dieron aire a los Blazers de cara al descanso 51-59.

El show de Lillard

Hasta entonces, Portland había conseguido controlar el encuentro sin contar con un Lillard protagonista. Todo cambió tras la reanudación. El base calentó la muñeca y sumó en el tercer cuarto 17 (con 4/5 en triples) de sus 25 puntos totales. Puro espectáculo verle cuando está enchufado. Cada vez que los de Kerr se acercaban en el marcador, aparecía encontraba la manera de responder. Aunque a 4:09 y con el electrónico señalando el 66-76, se produjo un hecho que marcó el devenir del encuentro. El Mejor Entrenador de la temporada sentó a Andrew Bogut para dar entrada a Festus Ezeli por primera vez en la eliminatoria. La irrupción del nigeriano asentó la defensa y aportó tranquilidad en ataque con él actuando como faro interior. Cuando se retiró 13 minutos después y con 8 puntos, 6 rebotes y un tapón (a un Mason Plumlee retratado en los instantes decisivos), su equipo ya mandaba (98-95) en el marcador.

Thompson y Green

Si Ezeli ejerció de revulsivo, una vez más Draymond Green y Klay Thompson fueron el Factor X que acabó declinando la balanza del lado 'warrior'. El escolta, bien atado por Harkless, logró centrarse para acabar rescatando a Golden State con sus triples. Acabó con 27 puntos y un 5/14 desde más allá del arco tras acumular un 20% desde la distancia en sus 10 primeros intentos. De un 2/10 a un 3/4. Green le imitió marcando la difernecia en el resto de facetas del juego. Asumió muchos más tiros de los que acostumbra (20, uno menos que su career high: 21), pero su progresivo despertar casi desemboca en un nuevo triple-doble: 17+14+7 y 4 tapones. Como ancla defensiva, Portland se cortocircuitó en ataque. Y cuando Lillard y McCollum quisieron asumir un protagonismo que deberían haber reclamado varias posesiones antes, estaban ya desaparecidos del partido. Faltos de rimto y sin frescura de ideas. No había forma de frenar ya el huracán desató por el equipo del histórico 73-9. Como sería injusto concluir sin mencionar la brillante aportación (otro día más) de un Shaun Livingston que en las cinco ocasiones que ha partido como titular en estos Playoffs como sustituto del lesionado Curry ha conseguido dobles figuras (14 hoy). Y es que, con y sin Stephen, los Warriors siempre encuentran la manera de sorprendernos.