Cada vez hay menos maestros del famoso trash talking en la NBA, una técnica que consiste en intentar sacar del partido a tu rival mediante la palabra. Draymond Green es uno de los jugadores que más lo utilizan en la actualidad, pero aprendió rápido que se trata de una estrategia que no sirve contra todo el mundo.

El de los Warriors hablada "mierda" a todo lo que se movía sobre una cancha de baloncesto durante su año de rookie... hasta que se cruzó con Tim Duncan. "En mitad de un partido, empecé a hablar a Tim, y ya lo había hecho con algún otro miembro de su equipo. No me acuerdo de quién era, pero empecé con Tim y él se quedó mirándome. Yo seguí hablando y él me seguía mirando. En ese momento, me di cuenta de que durante el resto de mi carrera no tenía que volver a hacerlo. Una de tres, o no me contesta porque no me respeta, o simplemente porque él es así. O puede que las dos cosas a la vez. Entendí entonces que aquella sería la última vez que hablaría "mierda" a Tim. Y lo fue", dijo Green en unas declaraciones que recoge su diario en The Undefeated (ESPN).

Sus cabreos, un problema

Además de su interesante historia con Tim Duncan, Green ha revelado otra cosa mientras espera ansioso que arranque la final de conferencia que enfrentará a sus Warriors con los Oklahoma City Thunder: está intentando controlar su ira. El '23' de los de Oakland, que ya ha recibido cuatro técnicas en lo que va de post temporada, trata de controlar sus enfados en los entrenamientos para aplicarlo en los partidos. Una séptima técnica conllevaría suspensión de un partido, algo que va muy en contra de los intereses de los Warriors, evidentemente. 

Los de la Bahía se enfrentarán a los Thunder a partir del lunes por un puesto en la final de la NBA, y Green sabe que desde OKC intentarán que se ponga nervioso y cometa errores de este tipo. Los de Donovan han jugado dos eliminatorias muy físicas (con alguna que otra bronca) ante Mavericks y Spurs.